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Cuando hablamos de capital del trabajo, nos referimos a la cantidad necesaria de recursos que tiene una empresa, organización o institución financiera, para realizar sus operaciones de forma continua. Es decir, son aquellos recursos económicos con los que cuenta una empresa dentro de su patrimonio para afrontar compromisos de pago en el corto plazo y relacionados con su actividad económica diaria que la empresa realiza dentro de su gestión. ¡Conozcamos mucho más del capital del trabajo!
En términos contables, podemos definirlos como el valor neto de los activos corrientes de una empresa, también conocido como capital de trabajo neto. Los activos corrientes incluyen cuentas como efectivo, cuentas por cobrar, inventario y otros activos que se espera que se conviertan en efectivo en el corto plazo, generalmente dentro de un año.
En materia contable, el capital del trabajo es un indicador crítico de su salud financiera y su capacidad para operar de manera eficiente. Sin un capital de trabajo adecuado, una empresa podría tener dificultades para mantenerse operativa, ya que se vería incapaz de proporcionar los recursos necesarios para comprar materias primas, pagar a los empleados y cubrir cualquier otro gasto operativo.
Además, el capital de trabajo también influye en la capacidad de una empresa para responder a oportunidades de crecimiento. Una empresa que dispone de un holgado capital de trabajo goza de la suficiente flexibilidad financiera para invertir en nuevos proyectos, adquirir activos o expandir sus operaciones comerciales cuando la situación lo requiere, como por ejemplo en un pico elevado de demanda.
Para determinar la fórmula del capital de trabajo se debe calcular restando de los activos corrientes, los pasivos corrientes. De esta forma obtenemos el capital del trabajo neto contable. Esto supone determinar con cuantos recursos cuenta la empresa para operar si se pagan todos los pasivos a corto plazo.
Capital de trabajo = activo corriente – pasivo corriente
Por ejemplo:
En conclusión, decimos que el capital del trabajo es el oxígeno que hace funcionar a las organizaciones. En este caso, además de ordenar las finanzas, las empresas tienen también la opción de solicitar soluciones de financiación externas como créditos comerciales, el leasing o el factoring en caso de necesidad.
Supongamos que tienes una empresa que fabrica muebles y vendes principalmente a tiendas minoristas. A lo largo del año, realizas ventas por un total de $200,000 y tienes gastos operativos, como costos de materiales, salarios de empleados y gastos generales, por un total de $150,000. Además, tienes cuentas por cobrar pendientes de pago de tus clientes por valor de $30,000, y debes $20,000 en cuentas por pagar a tus proveedores.
Para calcular tu capital de trabajo, puedes usar la fórmula que te hemos explicado anteriormente:
Capital de Trabajo = Activos Corrientes - Pasivos Corrientes
En este caso:
Entonces, el cálculo sería:
Capital de Trabajo = $30,000 (cuentas por cobrar) - $20,000 (cuentas por pagar) = $10,000
Solicitar un préstamo para aumentar el capital del trabajo en una empresa puede resultar necesario en situaciones en las que la empresa experimenta cierta insolvencia en su flujo de efectivo debido a fluctuaciones estacionales, retrasos en los pagos de clientes, gastos anticipados o inversiones en proyectos de corta duración. A continuación, te lo explicamos detalladamente:
Industrias estacionales: En industrias donde la demanda varía estacionalmente, como el turismo, puede haber meses en los que los ingresos son bajos o incluso nulos. Durante estos períodos, la empresa aún debe cubrir sus gastos operativos, como salarios y alquiler. Para hacerlo, puede ser necesario contar con un capital de trabajo adicional para mantener las operaciones sin problemas hasta que llegue la temporada alta y los ingresos aumenten.
Financiación de gastos: En ocasiones, una empresa puede haber incurrido en gastos importantes, como la compra de materias primas o la contratación de servicios, antes de recibir el pago de sus clientes. En consecuencia, se genera una brecha en el flujo de efectivo, ya que la empresa necesita efectivo para cubrir esos gastos mientras espera a que los clientes paguen sus facturas.
Retrasos de pagos: Si los clientes demoran el pago de sus facturas más allá de los plazos acordados, la empresa se arriesga a incumplir con sus propios compromisos financieros, como el pago de proveedores o salarios.
Inversión en proyectos de corta duración: Si una empresa decide emprender proyectos de corta duración que requieren una inversión significativa, como la expansión a un nuevo mercado o el lanzamiento de un producto nuevo, puede necesitar capital de trabajo adicional para financiar estas iniciativas hasta que comiencen a generar ingresos. Esto es especialmente relevante si los proyectos tienen un período de retorno a largo plazo.
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