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Convivimos diariamente con personas en el salón de clases, en trabajos temporales o en las empresas donde hacemos vida laboral cada día, por lo que resulta de gran importancia la existencia de una buena convivencia y del compañerismo en el grupo, ya que esto asegura un ambiente sano donde cualquiera puede compartir. La amistad, sumada al respeto y a los valores que deben existir para lograr un buen trabajo en equipo, constituye la base fundamental de un correcto desarrollo personal y laboral. Hablemos, entonces, de algunas dinámicas para fomentar el compañerismo en grupos.
El compañerismo es una actitud que se adopta frente a un grupo de personas, en la cual se busca brindar apoyo constante entre sí para lograr un fin común o, simplemente, por el hecho de ayudar. Se puede decir que esta actitud forma un vínculo emocional entre los compañeros, lo cual fomenta el entendimiento, el soporte y el avance mutuo.
Una dinámica de grupo es una serie de actividades o ejercicios diseñados para fomentar la participación, la colaboración y la comunicación entre los miembros de un grupo. Estas dinámicas se llevan a cabo con el objetivo de promover el trabajo en equipo, fortalecer las relaciones interpersonales y mejorar el rendimiento colectivo.
El contexto de una dinámica de grupo puede variar según el entorno en el que se desarrolle. Por ejemplo, en el ámbito educativo, estas actividades pueden utilizarse para facilitar el aprendizaje, promoviendo la participación activa de los estudiantes y fomentando la construcción de conocimiento colectivo.
En el ámbito laboral, las dinámicas de grupo pueden emplearse en procesos de selección de personal, capacitaciones o actividades de team building.
Debido a la fuerza interna y a la unión que se consigue en el grupo que realiza la dinámica, se pueden adquirir competencias cooperativas con las que los integrantes experimentan la motivación para mejorar cada vez más entre ellos y con el trabajo en equipo.
Es sabido también que el grupo puede enfocar la atención en metas comunes, beneficiosas para todos los integrantes. De esta manera, se contribuye a la productividad, promoviendo el trabajo de cada persona de forma individual y también como parte de una comunidad.
Además de todo esto, las dinámicas de grupo permiten establecer relaciones y crear una posición de liderazgo en tareas repartidas con importancia igualitaria, lo que significa que cada persona tendrá la misma responsabilidad que las demás para facilitar la consecución de los objetivos propuestos. Así, estas actividades logran la participación equitativa y permiten que todos entiendan la relevancia de cada una de las partes.
El departamento de Recursos Humanos puede preparar e idear una dinámica de grupo como etapa dentro de un proceso de selección de personal siguiendo estos pasos:
Definir los objetivos: el primer paso es establecer qué se busca evaluar y qué competencias o habilidades se desean observar en los candidatos. Estos objetivos ayudarán a diseñar las actividades adecuadas.
Diseñar la dinámica: una vez claros los objetivos, se debe diseñar la dinámica seleccionando actividades, ejercicios o escenarios que permitan a los candidatos demostrar las competencias requeridas para el puesto y la empresa.
Establecer las reglas y criterios de evaluación: definir las reglas y el marco en que se llevará a cabo la dinámica, lo que incluye el tiempo asignado, la distribución de roles, las pautas de interacción, etc. También es necesario establecer los criterios de evaluación para valorar el desempeño de manera objetiva.
Comunicar claramente a los candidatos: es fundamental informarles sobre la dinámica y lo que se espera de ellos, proporcionándoles instrucciones claras y resolviendo dudas para que puedan prepararse adecuadamente.
Facilitar la dinámica: durante la actividad, los profesionales de Recursos Humanos observarán el desempeño, tomarán notas y registrarán evidencias relevantes. También podrán intervenir si es necesario para guiar la dinámica y asegurar que todos tengan la oportunidad de participar.
Evaluar y tomar decisiones: una vez finalizada, se evaluará el desempeño de los candidatos según los criterios establecidos. Estos datos se emplearán posteriormente para tomar decisiones informadas sobre la selección de los más aptos.
Existen muchos trabajos temporales o de verano donde los jóvenes pueden sentirse intimidados o aislados de sus compañeros más experimentados, pero es importante fomentar el compañerismo en este tipo de ambientes para aumentar la productividad.
Esta dinámica consiste en convocar a reuniones quincenales o mensuales entre todos los miembros del equipo. El jefe o coordinador expone el tema principal, que podría ser, por ejemplo, «pensar en nuevas ideas para la atención al cliente» o «buscar nuevas estrategias de venta».
En esta dinámica se garantiza que cada miembro del equipo hable y exponga su idea, con el objetivo de reunir la mayor cantidad de propuestas posibles. Todas las ideas deben ser válidas, pues pueden moldearse o fusionarse con otras. Así, cada uno toma en cuenta la opinión del otro y se erradica la indiferencia.
Nada de «El que lo haga mejor» o «El de mejor rendimiento», ya que esto solo crea rivalidad y competencia tóxica entre compañeros. Esto puede ocasionar que algunos sientan envidia o frustración por no alcanzar las expectativas, reduciéndose de forma significativa la creatividad y la productividad.
Frases como «Sigan mejorando» o «Un equipo más fuerte significa un mejor trabajo» funcionan de manera óptima, por lo que deben tomarse como dinámica y modelo de trabajo dentro del contexto laboral.
Una dinámica para que el grupo se conozca mejor y logre congeniar de manera más unificada.
En una pizarra, cada persona colocará algo que le guste y los demás dirán si comparten ese gusto o no. ¡Un buen momento para reír y compartir!
Cuando alguien manifieste que algo le gusta o no, deberá explicar por qué. Dentro de este contexto pueden nacer debates entretenidos y divertidos.
Así como las salidas espontáneas que se dan entre amigos, se pueden organizar actividades fuera del entorno laboral con el grupo completo. Es importante involucrar a todos en la invitación y la actividad.
La escuela a veces puede ser el ambiente menos amistoso para integraciones o actitudes de compañerismo, pero no está de más implementar dinámicas de integración en la etapa escolar. Estas pueden aplicarse tanto a niños de preescolar como a jóvenes de primaria y secundaria.
Cualquier actividad en equipo es una excelente idea para fomentar el compañerismo, ya que obliga a los alumnos a colaborar y socializar, favoreciendo la creación de vínculos.
En la etapa de preescolar se puede ordenar que hagan dibujos en conjunto y compartan colores y materiales.
Se puede organizar un día de cine en el aula, donde todos, al finalizar, den su opinión sobre la película.
Realizar una actividad de valores en la que cada niño represente uno específico y lo explique. Al final, cada uno señalará el valor que más le impactó.
Si buscas en internet, encontrarás juegos grupales y actividades deportivas que promueven la colaboración y el apoyo para lograr un cometido específico. Incluso, se puede organizar una competencia amistosa entre grupos, donde cada uno deba ayudarse para alcanzar una meta común.
El deporte, sin duda, es un medio que desestresa y une a las personas, por lo que forma parte esencial de las dinámicas para fomentar el compañerismo.
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