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El desarrollo de proyectos en un tiempo y plazo estimado se está convirtiendo en la principal preocupación de muchas empresas. Por ello, conceptos como el de metodología Agile adquiere una mayor importancia, ya que promete optimizar todo el proceso.
Al final, la manera en la que te organices puede marcar el éxito o fracaso que tengas en tu proyecto. Conocer muy bien tus necesidades y las ventajas de la metodología Agile puede acelerar tu proceso. Y es que no trata de adoptar una metodología aleatoriamente, sino que depende exclusivamente de tus necesidades.
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Este concepto fue acuñado por primera vez en 2001 por un grupo de programadores de Tecnología de la Información en el "Manifiesto del Desarrollo Ágil de Software". Básicamente, esta metodología lo que busca es entregar valor al cliente de manera más rápida.
Sin embargo, la metodología Agile no es una metodología adecuada para cualquier tipo de proyecto. A continuación, te vamos a acercar tres tipos en los que encajaría de manera perfecta:
Lo primero que debes entender es que la metodología Agile te permite un mayor control del presupuesto. ¿Por qué? Porque se basa en la entrega de pequeños resultados, lo que ayuda a calcular de una mejor manera cuáles van a ser los costos finales del proyecto.
Por otro lado, en la metodología tradicional hay una planificación inicial que impera hasta el final. En la metodología Agile esto no es así, ya que al organizarnos a través de sprints o ciclos de trabajo cortos, la flexibilidad impera en todo el proceso.
Por último, la satisfacción del cliente es mayor en el caso de la metodología ágil, ya que recibe de manera continua todos los avances. De esta manera, el cliente puede participar de forma activa para mejorar el proceso.
Como conclusión, podemos decir que una metodología tradicional se centra en una planificación proactiva que da importancia al costo, al alcance y al tiempo, mientras que la metodología Agile prioriza otros aspectos como el trabajo en equipo, la colaboración con los clientes o la flexibilidad.
El principal objetivo de las metodologías ágiles no es otro que de minimizar el riesgo de los proyectos, fomentando la responsabilidad y autonomía de los equipos. Esta metodología Agile hace que los proyectos sean más rápidos y flexibles, con una mayor capacidad para adaptarse a las condiciones cambiantes del mercado.
Algunas de las ventajas de implementar metodologías ágiles en tu organización son: cumplir en tiempo y forma con los proyectos, generar equipos de trabajo más productivos y mejorar la atención al cliente.
Antes de adentrarnos en las ventajas de las metodologías ágiles, vamos a ahondar en los cuatro valores clave, presentes en el Manifiesto Agile:
Y ahora, vamos a enumerar de manera extensa las ventajas que tienen las metodologías ágiles:
A continuación, te queremos trasladar los 12 principios de las metodologías ágiles que también están presentes en el Manifiesto Agile y que te permitirán entender de una manera más profunda este concepto.
Este principio se basa en la idea de que cualquier software debe estar creado para resolver un problema o para hacer un trabajo mejor o de modo más eficiente. No debes dejar de lado esta premisa para obtener un feedback satisfactorio por parte del cliente.
Las metodologías ágiles defienden la idea de que se pueden instaurar cambios en todo momento. No tengas miedo de ejecutar un cambio, aunque el proceso de desarrollo esté avanzado. Las empresas que no temen al cambio son las que obtienen mejores resultados.
Las metodologías ágiles buscan acortar la distancia entre la planificación y la entrega. Así, el objetivo siempre va a ser crear un software o producto útil.
Estas partes deben colaborar estrechamente para entenderse mejor y ser más productivos en el día a día. Por ello, hay que establecer los mecanismos de comunicación necesarios.
¿Qué se consigue hablando cara a cara? Que el tiempo entre una pregunta y una respuesta se acorte. Los equipos implicados en un proyecto deben trabajar de manera conjunta para que sea más sencillo hacer preguntas o comunicarse.
Todo gira en torno a este principio, y es que da igual todo mientras se entregue un producto que funcione a la perfección.
Las metodologías ágiles consiguen un trabajo ameno gracias a los ciclos cortos y productivos, ya que los tiempos excesivamente largos pueden agotar al personal.
En este punto, podemos decir que se pueden mezclar herramientas Scrum con la metodología Agile para que el producto mejore con cada iteración. No se tiene que esperar a la entrega final para corregir errores, sino que todo momento es adecuado.
Esta metodología Agile persigue la simplicidad, como mecanismo para reducir el tiempo de comprensión. Usa herramientas como Trello para gestionar tus proyectos y llevar un registro de tu equipo.
Un encargado no debe de hacer microgestiones. Todos los miembros están preparados para enfrentar problemas, eliminar obstáculos y encontrar soluciones.
El equipo debe de pensar cómo puede ser más efectivo y eficiente, implementando una serie de medidas en consecuencia. Todo se vuelve a pensar una vez que se finalice un proyecto, buscando la excelencia.
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