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El objetivo es que la lectura se convierta en una actividad placentera, elegida libremente por el público infantil y juvenil. Y es que, la importancia de la animación en esta actividad para su correcto desarrollo es innegable y aporta múltiples beneficios que luego veremos. Conoce qué es la animación a la lectura y aprende a conseguir este objetivo. ¡A por ello!
La animación a la lectura es un conjunto de técnicas y recursos que se adquieren para hacer más sencillo el acercamiento de niños y jóvenes hacia los libros y la literatura infantil y juvenil.
De hecho, incluir el fomento de la lectura en la escuela hace que se encuentren distintas opciones que van más lejos de las ya programadas en los centros. Por tanto, esto requiere que el profesorado se instruya y especialice en el sector de la animación a la lectura infantil. Aunque, es cierto que esta estrategia también tiene cabida en casa para inculcar este hábito desde este otro ámbito, y contar con material didáctico para fomentar la lectura puede facilitarlo aún más.
Entre las características más destacadas de este tipo de estrategias, se encuentran:
Es de carácter lúdico
Creatividad
Procedimiento de aprendizaje
La metodología es abierta
Se lleva a cabo con un animador de la lectura
Flexibilidad
Dinámica de grupo
La lectura es una forma entretenida y amena de educar a los niños. Por ello, es muy importante inculcar desde más pequeños el hábito de la lectura, ya que leer aporta innumerables beneficios al desarrollo de toda persona. Por tanto, además de qué es la animación a la lectura, también nos interesa conocer este aspecto, sobre todo cuando se habla de lectura de niños de primaria.
Esta actividad ayuda a los niños a desarrollar su imaginación y a aprender sobre el mundo que les rodea. Mejora su vocabulario, su riqueza lingüística, su memoria y su concentración... lo que contribuye a una mayor agilidad mental y al aumento de su cultura, beneficiándolos académicamente. Un método que facilita esta habilidad lectora es la pictoescritura.
Por otro lado, también les permite aprender a expresar mejor sus ideas y sentimientos, generando una mayor empatía. Pues, de esta manera, comprenden mejor a las otras personas y aprenden a ser más tolerantes.
Entre las habilidades que aporta la lectura a edades tempranas podemos ver:
Conciencia fonémica: poder escuchar, identificar y jugar con sonidos individuales en palabras habladas.
Fonética: ser capaz de conectar las letras del lenguaje escrito con los sonidos del lenguaje hablado.
Vocabulario: las palabras que los niños necesitan saber para comunicarse de manera efectiva.
Comprensión lectora: ser capaz de comprender y obtener significado de lo que se ha leído.
Fluidez (lectura oral): ser capaz de leer un texto con precisión y rapidez.
Lo cierto es que los beneficios de la lectura son múltiples en todas las edades, desde los más pequeños hasta los más mayores. A continuación, vamos a ver a través de un breve listado qué es la animación a la lectura y qué supone para el ser humano. ¡Vamos!
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La promoción de la literatura es vital para mantener vivo el interés por los libros. Pero ¿cómo hacerlo en clase o en horas lectivas? Hay diversas estrategias para ello; veámoslas a través de actividades de animación a la lectura:
Excursiones a ferias del libro. Participar en ferias del libro locales puede ser una excelente manera de descubrir nuevas obras y autores. Además, permite ver a los estudiantes cómo estas ferias se organizan, los eventos asociados y la presencia de figuras de la literatura nacional o internacional.
Charlas y conferencias. Los autores y las autoras narran sus experiencias, así como sus puntos de vista con respecto a la literatura. Al tener un contacto directo con ellos, los estudiantes conocen de primera fuente los beneficios de la lectura.
Recomendaciones literarias. Los y las docentes comparten o publican recomendaciones literarias como parte de la asignatura de Lengua y Literatura. Elaboran reseñas de libros elegidos según el rango etario y los intereses de los estudiantes. Se pueden seguir dinámicas como el periódico escolar o las plataformas educativas (véase Google Classroom).
Sin embargo, no son las únicas estrategias. Si se busca motivar a los estudiantes, se pueden plantear las siguientes actividades:
Premios y reconocimientos. Establecer sistemas de recompensas por cada libro leído, como diplomas o pequeños obsequios.
Desafíos de lectura. Organizar competiciones y desafíos de lectura para hacer la actividad más emocionante.
Clubes de lectura. Formar clubes de lectura donde los participantes puedan compartir sus opiniones y experiencias sobre los libros leídos.
Libro del mes. Se elige un libro por cada mes y, al finalizar este, se comenta en clase.
El fomento de la lectura es una de las mayores preocupaciones de un padre y una madre, tanto en el pequeño de la casa como a cualquier otra edad. Pero, descubrir la magia de los cuentos a los más pequeños o conseguir enganchar al placer de un buen libro a los más mayores es una tarea muy complicada. ¡Eso sí, muy gratificante!
Por ello, es conveniente conocer qué es la animación a la lectura y algunas ideas sencillas para que despiertes la afición lectora de tus hijos. ¡Toma nota!
Educar con el ejemplo: que los niños vean con frecuencia a los adultos leyendo y disfrutando de la lectura.
Escuchar y responderles animadamente a cualquier pregunta espontánea que se les ocurra.
¡No es una obligación!
Acompañar al niño en la tarea de la lectura, sobre todo al principio.
Constancia.
Respetar el ritmo y los momentos favoritos de lectura de los niños.
Pedir consejo en las bibliotecas y librerías sobre qué tipo de libros son más adecuados.
Crear tu propia biblioteca infantil en casa, incluyendo propuestas como lectura y escritura animado para fomentar la creatividad.
Combinar juegos de palabras, cuentos interactivos y propuestas de animación a la lectoescritura que refuercen ambas competencias de manera divertida.
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