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Un protocolo de acoso sexual en una empresa es un conjunto de normativas y procedimientos establecidos para prevenir, abordar y gestionar situaciones de acoso sexual en el ámbito laboral. Este documento detalla las acciones a seguir tanto para prevenir este tipo de conductas como para manejar eficazmente cualquier denuncia o situación de acoso que pueda surgir.
Todos los protocolos de acoso sexual en empresas están diseñados con el objetivo de garantizar un entorno laboral seguro, respetuoso y libre de cualquier forma de acoso. Deben contemplar medidas preventivas, proactivas y reactivas para abordar el acoso en todas sus dimensiones. Además, estas medidas no solo deben quedarse en el papel, sino que la empresa debe hacerse eco de ellas en todos los espacios de trabajo. Por ley, todas las empresas con empleados a su cargo están obligadas a contar con un protocolo de acoso sexual, independientemente de su tamaño.
Un protocolo de acoso sexual de una empresa debe definir qué es el acoso sexual y de qué formas puede manifestarse en los espacios de trabajo, cómo actuar ante una situación de acoso sexual, qué vías de denuncia seguir en caso de sufrir acoso sexual, cómo se valora esta denuncia, qué sanciones han de imponerse y qué personas son las responsables de valorar esta infracción grave.
La designación de la comisión instructora o persona responsable para desarrollar e implementar el protocolo de acoso sexual en una empresa es necesaria para garantizar una representación adecuada de los intereses de los trabajadores. Es altamente recomendable considerar la participación activa de los empleados en la elección de esta comisión, asegurando así una representación justa y equitativa.
En empresas con más de 50 trabajadores, que están obligadas a contar con un plan de igualdad, se establece una comisión instructora compuesta por tres personas y un suplente. Estos roles tienen una duración limitada de cuatro años, asegurando una rotación periódica.
En cambio, en empresas con menos de 50 trabajadores es suficiente designar a una persona instructora y a su respectivo suplente. En este caso, no se establece una duración máxima del cargo, permitiendo una mayor flexibilidad en la gestión de los casos de acoso.
Las medidas preventivas son acciones planificadas y ejecutadas con el objetivo de evitar la ocurrencia de un problema o riesgo, en este caso, el acoso sexual en el ámbito laboral.
Ejemplos de medidas preventivas
Las medidas proactivas son aquellas acciones anticipadas y planificadas que se toman para abordar un problema o situación antes de que se presente.
Ejemplos de medidas proactivas
Las medidas reactivas son aquellas que se toman en respuesta a un problema que ya ha ocurrido.
Ejemplos de medidas reactivas:
La falta de un protocolo para prevenir el acoso laboral en una empresa la expone a posibles sanciones. La Inspección de Trabajo lleva a cabo inspecciones regulares en las que, entre otras cosas, comprueba la existencia de un protocolo adecuado y eficiente. En caso de no contar con uno, la Ley de Infracciones y Sanciones contempla multas administrativas que oscilan entre los 7.500 euros (en casos de infracciones leves) y los 225.000 euros (para infracciones muy graves).
Si esta infracción llega a los tribunales, podría acarrearle a la empresa multas adicionales o la pérdida de subvenciones públicas de las que sea receptora.
Te ponemos un ejemplo de proceso de denuncia estándar que debería seguir un trabajador en caso de acoso sexual:
Comunicación formal de la denuncia:
Valoración inicial de la denuncia:
Fases de valoración inicial:
Proceso de investigación:
Garantías durante el proceso:
Resolución y emisión del informe:
Es importante destacar que una denuncia falsa se considera una falta muy grave con consecuencias sancionadoras.
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