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La propulsión espacial a través de distintos motores es un área indispensable dentro de la ingeniería aeroespacial. Por ello, es importante prestarle atención a una serie de factores esenciales en este entorno y de técnicas que te ayudarán a ser un profesional altamente cualificado y a realizar un trabajo eficiente. ¡Empecemos conociendo los sistemas de propulsión espacial!
La evolución de los sistemas de propulsión aeroespacial ha sido un hito trascendental en la historia de la exploración espacial. Desde los motores de cohetes iniciales hasta los sistemas de propulsión avanzados de hoy, esta evolución ha permitido alcanzar nuevos límites en la exploración del espacio, redefiniendo nuestra comprensión del universo y posibilitando misiones espaciales más ambiciosas y efectivas.
es fascinante analizar cómo la ingeniería aeroespacial ha superado todos los obstáculos hasta llevar a la humanidad al espacio, pero esto solo ha sido el principio. Ahora, sus profesionales, continúan mirando hacia un futuro en el que la exploración del universo desempeña un papel aún más significativo en nuestra comprensión del cosmos.
Dentro de esta área, contamos con un gran abanico de posibilidades y de salidas laborales. De hecho, los programas didácticos de este ámbito son variados: existen cursos que te facilitan una visión más general del sector y que sirven para introducirte en este campo, como este Máster de Ingeniería Aeroespacial, y otros cursos más especializados para perfeccionar un tema en concreto. Por ejemplo, sobre los Sistemas de propulsión espacial.
Además, ya puedes dejar de preocuparte por la falta de tiempo. Y es que, nuestra formación sigue una modalidad cien por cien online, lo cual significa que nos adaptamos a ti y a tu ritmo de vida teniendo en cuenta tu situación personal y profesional. ¿Estás preparado para descubrir los Sistemas de propulsión espacial?
La propulsión espacial es aquella tecnología capaz de impulsar una nave por el espacio. Y es que, para efectuar viajes espaciales es necesario un sistema de propulsión espacial que sea capaz de imprimir aceleración a los vehículos.
Debido al vacío del espacio exterior, cualquier aceleración deberá basarse en la tercera ley de Newton. Es decir, la Ley de Acción y Reacción, según la cual, por cada fuerza que actúa sobre un cuerpo, este realiza una fuerza de igual intensidad, pero en sentido contrario. De esta manera, si un objeto expulsa parte de su masa en una dirección, el resto del objeto se desplazará en sentido contrario. Básicamente, este es el fundamento de los motores a reacción, también llamados motores de propulsión a chorro. Por tanto, parte de la masa de la nave (el combustible) es expulsada a gran velocidad en una dirección, ocasionando que el resto de la nave se desplace en el sentido opuesto.
El motor más empleado para la propulsión de naves espaciales es el motor cohete, pues es capaz de generar una enorme potencia y, a diferencia de otros tipos de motores, no necesita de oxígeno atmosférico para funcionar. Sin embargo, todos no son igual de eficientes para las enormes distancias espaciales. Más adelante hablaremos sobre los distintos tipos de Sistemas de propulsión espacial.
Como venimos diciendo, los satélites artificiales deben ser lanzados para ser puestos en órbita. Por tanto, son muy necesarios los sistemas de propulsión espacial.
Además, una vez que han alcanzado su posición estacionaria en la órbita, necesitan alguna manera de control de actitud para mantenerse en una cierta posición entre la Tierra, el Sol y posiblemente algunos objetos astronómicos de interés.
Por otro lado, durante la fase de lanzamiento todas las naves espaciales emplean cohetes de propelente químico, bien en estado líquido (propelente y oxidante separados), o bien sólido (propelente y oxidante mezclado). Son aspectos que debemos tener en cuenta si queremos formarnos en este ámbito.
Los sistemas de propulsión espacial pueden clasificarse mediante la manera de acelerar la masa reactiva. Algunos son métodos especiales para los lanzamientos, otros para las llegadas a los planetas y otros para los aterrizajes. ¡Toma nota!
Son motores de combustión interna, es decir, motores de calor. Y es que, el motor de un cohete generalmente produce altas temperaturas en la masa reactiva, produciendo un gas caliente. El cual, se produce mediante el quemado de un combustible sólido, líquido o gaseoso con un oxidante en una cámara de combustión. Al gas extremadamente caliente se le permite escapar a través de una abertura capaz de hacer expandir el gas a una proporción alta
Los sistemas de lanzamiento pueden ser de lanzamiento aéreo desde un avión, donde hacen uso de sus sistemas de propulsión. Algunos de ellos, se suelen lanzar desde otras naves ya en vuelo, ya que estos motores a reacción son generalmente demasiado pesados para cualquier desarrollo de operaciones de lanzamiento.
En este caso, en lugar de someter a un líquido a altas temperaturas y a la dinámica de fluidos para acelerar la masa reactiva a altas velocidades, se emplea la fuerza del campo electrostático o electromagnético para acelerar la masa reactiva. Generalmente, en este tipo de motores la masa reactiva es una corriente de iones.
Finalmente, debemos saber que cualquier motor que no emplee masa reactiva, no puede mover su centro de gravedad. Sin embargo, el espacio no está vacío, especialmente en el área del Sistema Solar, donde puede haber campos magnéticos, viento y radiación solar. Por tanto, muchos Sistemas de propulsión espacial intentan diseñarse de manera tal que se aprovechen de estas características.
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