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En cierto sentido, la fisiología es el estudio de la vida corpórea en sí. Responde preguntas sobre el funcionamiento de nuestros órganos internos y sobre cómo interactúan con el ambiente que los rodea. Así pues, podemos definir la fisiología como la subrama de la biología que se encarga de investigar los mecanismos de los seres vivos, desde las funciones celulares a nivel iónico y molecular hasta el funcionamiento integral del cuerpo humano en relación con los retos que afronta en su día a día.
Más allá de esto, la fisiología nos ayuda a identificar cómo evolucionan las enfermedades y de qué manera afectan al cuerpo humano, así como posibilita el desarrollo de tratamientos innovadores y directrices médicas en aras de la conservación de la salud humana y animal. Es una ciencia eminentemente experimental. La fisiología aplicada es una especialización de la fisiología que se centra en diferentes partes del cuerpo como pueden ser órganos específicos, tipologías de células, el sistema inmunitario, la anatomía, el organismo como un todo y mucho más.
Así pues, existen tantas ramas secundarias de la fisiología como sistemas y secciones del cuerpo humano existen. Destacan la fisiología celular, fisiología de sistemas (que se centra en la coordinación de los microorganismos para formar organismos más complejos), fisiología evolutiva (que se centra en la evolución del cuerpo de los seres vivos a través de la historia), fisiología inmunológica, fisiología del dolor, etc.
Hay una rama reciente pero interesante de la fisiología llamada fisiología del ejercicio. No obstante, muchos expertos recomiendan evitar este nombre, ya que el ejercicio de por sí no constituye un sistema biológico propio diferente al del cuerpo humano. Por tanto, la mal llamada fisiología del ejercicio estudia el funcionamiento del cuerpo humano al ejercitarse.
Hay otras ramas secundarias más alejadas como la fisiología del trabajo. Esta es una disciplina interdisciplinaria que estudia los procesos de adaptación del cuerpo humano a la realización de tareas laborales, especialmente si estas exigen un esfuerzo motriz considerable. Así pues, esta disciplina bebe de la fisiología para entremezclarla con la ergonomía y aplicarla al ambiente de trabajo con el fin de mejorar la salud física de los trabajadores.
Debido a su transversalidad, la fisiología está estrechamente relacionada con otras ciencias, especialmente de la medicina. Como la fisiología puede aplicarse a prácticamente todos los elementos del cuerpo humano, alguien especializado en fisiología puede optar por infinidad de conexiones formativas dentro de las ciencias biológicas:
¿Alguna vez te has preguntado en qué se diferencian la fisiología y la anatomía? Es frecuente que la gente las confunda. Y en cierta forma, para estudiar fisiología es necesario tener unas bases de anatomía, al igual que para estudiar anatomía hace falta haber adquirido conocimientos de fisiología. Así pues, son ciencias que se complementan y que se suelen estudiar a la par. Ambas especialidades llevan estudiándose cientos de años para comprender mejor el funcionamiento del cuerpo humano y cómo se estructura.
La anatomía estudia las estructuras internas y externas del cuerpo, mientras que la fisiología se ocupa del estudio de las funciones que desempeñas dichas estructuras. Así pues, podemos decir que la anatomía es la forma y la fisiología, el contenido.
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