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Últimamente, el ayuno gana cada vez más adeptos entre quienes buscan perder peso o llevar una alimentación equilibrada. Sin embargo, ¿Conoces el ayuno intermitente beneficios y perjuicios que supone en tu salud? En el siguiente post intentamos explicarte las practicas correctas en cuanto al ayuno, además de los beneficios que puede suponer para tu cuerpo y quienes no deberían realizar este modo de alimentación. Además de cursos online de biologo. ¿Quieres saber más?
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Últimamente, el ayuno gana cada vez más adeptos entre quienes buscan perder peso o llevar una alimentación equilibrada. Sin embargo, ¿Conoces el ayuno intermitente beneficios y perjuicios que supone en tu salud? En el siguiente post intentamos explicarte las practicas correctas en cuanto al ayuno, además de los beneficios que puede suponer para tu cuerpo y quienes no deberían realizar este modo de alimentación. ¿Quieres saber más?
¡Te lo contamos!
Como indica su propio nombre, el ayuno intermitente es un modelo de alimentación que va por ciclos, con periodos de ayuno y de comer. Hay que remarcar que, estrictamente hablando, no se trata de una dieta, sino más bien de un programa de comidas. Entonces, el ayuno intermitente no se trata de pensar con precisión qué tienes que comer, sino de centrarte en cuándo comes.
Este método puede realizarse de diferentes maneras, siendo la más popular la modalidad 16:8, que ahora explicamos:
Según los estudios que recomiendan el ayuno intermitente, sugieren como más beneficiosa la opción 16/8 para mejorar la salud. Este modo de ayuno se basa en permanecer 16 horas sin comer y, seguidamente, abrir la ventana de ingesta durante 8 horas. Para ello, se propone una cena temprana que, sumadas a las horas en las que dormimos y, haciendo un desayuno más tardío, sumarían las 16h al completo.
Por ejemplo, haciendo una cena a las 20:00, dejaríamos pasar 16 horas y romperíamos el ayuno a las 12:00 del mediodía. Iniciando así las 8 horas de ingesta. Se recomienda, en este caso, hacer dos comidas únicas en la que, la última, sería a las 20:00 de la noche.
Sin embargo, durante las horas en las que nos alimentamos no vale comer todo lo que nos apetezca. Debes intentar que tus platos contengan alimentos que nutran, evitando procesados, azúcares o harinas blancas. En lugar de esto, se proponen verduras y hortalizas, fuentes de proteínas de calidad vegetal y/o animal, omega 3 de fuentes vegetales o pescado azul, cereales integrales y fruta. Junto con una buena hidratación.
En cuanto a la frecuencia, lo mínimo es hacer el ayuno intermitente un día a la semana, y lo máximo cinco días. Y, tanto si decides hacer el ayuno intermitente en cualquiera de sus versiones, como si no, lo recomendable para todas las personas que puedan hacer de forma diaria 12 horas de ayuno. Cenando a las 21:00 de la noche y no desayunar hasta las 9 de la mañana del día siguiente, por ejemplo.
Algunos expertos han observado que con el ayuno nocturno, que suele durar aproximadamente 8 horas, se desarrollan algunos beneficios como, por ejemplo, la regulación de los ritmos circadianos y la calidad del sueño.
Sin embargo, se recomienda la valoración personal con un nutricionista antes de iniciar este método. Ya que la franja de ayuno debería ser individual en cada persona, pues depende mucho de sus características y estilos de vida. Entre los beneficios destacamos:
Reduce el riesgo de obesidad y diabetes
El ayuno intermitente puede modificar los factores de riesgo asociados a la obesidad y a la diabetes. De hecho, según confirman varios estudios en los que participaron 100 mujeres con sobrepeso, se reveló que, los que siguieron la modalidad 5:2 no solo bajaron la misma cantidad de peso que las que disminuyeron la ingesta de calorías. Sino que obtuvieron óptimos resultados en la prueba de sensibilidad a la insulina y reducción de grasa abdominal.
Beneficia al aparato digestivo
Cuando se deja de introducir alimentos por un lapso, el aparato digestivo descansa, lo que se traduce en mejora para este importante sistema. El aparato digestivo se activa cada vez que comemos, iniciando el proceso de trasformación y absorción de nutrientes. Tras un breve descanso, lo activamos nuevamente y este ciclo produce un sobrecrecimiento bacteriano que inflama el abdomen.
Ahora bien, con el ayuno intermitente disminuye la inflamación digestiva, por lo que ayuda a mejorar la función barrera intestinal. Y no sólo eso, también se ha observado que aumenta la producción de Lisozima, molécula que impide la proliferación y crecimiento de bacterias.
En cuanto a los perjuicios y posibles peligros para la salud, debe realizarse de forma controlada y siempre bajo la supervisión de especialistas. Si se incurre en el error de hacer el ayuno sin asesoramiento nutricional, una persona con ansiedad puede agravar su situación. Y si pretende perder peso, se corre el riesgo de volver a ganar los kilos perdidos, o incluso más.
Además, si se realizan ayunos demasiado prolongados y sin tener en consideración posibles patologías, podrían presentarse desmayos, fatiga general o episodios de disminución de tensión de manera repentina.
Además, podría favorecer los trastornos de comportamiento alimentario y problemas emocionales como la depresión.
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