Índice
En redes sociales es frecuente encontrar frases motivacionales que invitan a “amarse a uno mismo”, “creer en ti”, “poner límites” o “recordar lo valioso que eres”. Estas frases, aparentemente inocuas o inspiradoras, se han convertido en una especie de mantra moderno para el autocuidado. Sin embargo, desde la psicología conviene preguntarse: ¿realmente favorecen el bienestar psicológico? ¿Son útiles en términos prácticos? ¿Qué función cumplen en la vida de quien las dice o escucha?
Decir “me amo tal como soy” puede tener funciones muy distintas:
Entonces, el contenido de la frase no es lo relevante. Lo importante es la función que cumple esa frase en el repertorio conductual del individuo.
Es muy fácil, acudir a estas autoinstrucciones en algún momento de angustia, incomodidad o incertidumbre. A continuación, vamos a revisar algunas frases frecuentes desde la mirada de la psicología conductista:
“Ámate a ti mismo por encima de todo”
Aunque suena empoderadora, puede fomentar patrones individualistas o descontextualizados. Desde una perspectiva contextual, el “amor propio” no es un estado emocional, sino una serie de conductas mantenidas por consecuencias que promueven el bienestar y la coherencia con valores personales.
Además, si alguien repite esta frase para evitar conectar con relaciones difíciles o para justificar decisiones que no están alineadas con sus valores, puede estar reforzando un patrón de evitación más que de cuidado genuino.
“Eres suficiente tal y como eres”
Esta frase puede servir como ancla compasiva para algunas personas. Pero también puede volverse una forma de bloquear el cambio o justificar la rigidez: si se usa para evitar la autocrítica funcional, la revisión de metas o el aprendizaje, pierde su valor.
La clave es distinguir cuándo esta frase ayuda a regular emociones dolorosas de forma flexible, y cuándo se transforma en una trampa verbal que refuerza la inacción.
“Pon límites a quien no te valora”
Poner límites es una habilidad importante. Pero esta frase simplifica un proceso complejo. Desde el análisis conductual, poner límites implica moldear interacciones, discriminar contextos, contactar consecuencias y, sobre todo, actuar en coherencia con tus valores. No se trata solo de rechazar o cortar vínculos, sino de construir repertorios funcionales que permitan relaciones más saludables.
Además, si se convierte en un mantra reactivo (por ejemplo, cada vez que siento malestar, “pongo límites” cortando vínculos), puede reforzar patrones de evitación o aislamiento.
“Cree en ti”
Creer en uno mismo no es una causa del cambio, sino un efecto de haber contactado múltiples reforzadores por actuar en contextos desafiantes. No “necesito” creer en mí para actuar, sino que al actuar, puedo generar historia de reforzamiento que aumente mi autoconfianza.
Por tanto, esperar a “creer en uno mismo” antes de actuar puede convertirse en una trampa conductual. Desde una perspectiva pragmática, es preferible enseñar a actuar con dudas, con miedo o con autocrítica, si esa acción está orientada a un valor.
En lugar de repetir frases como si fueran mantras mágicos, podemos usarlas como señales que nos recuerdan nuestras elecciones valiosas, no reglas rígidas. Para ello, en este post, te proponemos tres criterios para evaluar su funcionalidad:
¿Esta frase me ayuda a moverme hacia lo que valoro, aunque haya malestar?
¿Me permite actuar de forma más flexible o me rigidiza? ¿Crea normas que son difíciles de seguir?
¿Es una forma de conectar conmigo o de evitar lo que no quiero sentir?
El amor propio no es algo que se tiene o no se tiene, ni un estado permanente. Así que te planteamos otras frases que pueden servirte, porque recuerda: el amor propio se vive, y no puede resumirse en una taza de colorines.
“Hoy voy a cuidarme con acciones, no con excusas.” El amor propio se expresa en lo que hacemos, no solo en lo que decimos. Esta frase invita a salir del discurso pasivo del autocuidado y a comprometernos con conductas que construyan bienestar real, incluso si implican esfuerzo o incomodidad.
“Aunque tenga miedo, puedo actuar según lo que importa para mí.” No necesitamos sentirnos fuertes para empezar. Esta frase nos recuerda que podemos avanzar hacia lo que valoramos, incluso si el miedo o la duda están presentes. Es más útil aprender a actuar con miedo, que esperar a que desaparezca.
“Amarme es algo que practico, no algo que espero sentir.” El amor propio no es un sentimiento espontáneo ni permanente, sino una práctica diaria. Esta frase nos ayuda a recordar que el cuidado personal se entrena con acciones consistentes, no con expectativas de sentirnos “mejor” de inmediato.
Las frases de amor propio pueden tener un lugar en la vida cotidiana, pero solo si se usan con propósito. En vez de preguntarte si una frase suena bien o está de moda, pregúntate: ¿esto que me digo me ayuda a acercarme a lo que valoro? ¿O es una forma más de evitar lo que me duele?
Quizá te interesa leer sobre...
¡Muchas gracias!
Hemos recibido correctamente tus datos. En breve nos pondremos en contacto contigo.