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Saber cómo es el sistema endocrino y sus partes, ayuda a identificar desequilibrios hormonales; aprovechar los programas de detección temprana que ofrecen las administraciones públicas, así como adoptar hábitos que protejan tu bienestar a largo plazo.
Así pues, cada segundo, un conjunto de glándulas libera mensajeros químicos que regulan tu temperatura, ritmo cardiaco, estado de ánimo y hasta el sueño reparador después de una larga jornada de trabajo.
Con respecto a qué es el sistema endocrino, se trata de la red de glándulas y órganos que secretan hormonas directamente al torrente sanguíneo. Así pues, estas sustancias viajan a tejidos distantes y coordinan funciones como el crecimiento, el metabolismo y la reproducción.
A diferencia del sistema nervioso, que usa impulsos eléctricos y actúa en milisegundos, las hormonas producen respuestas más prolongadas y generalizadas.
Las funciones del sistema endocrino y sus partes son las siguientes:
Regula el metabolismo energético: la tiroxina aumenta el consumo de oxígeno y el cortisol moviliza glucosa cuando el cuerpo está bajo estrés.
Mantiene la homeostasis: la parathormona ajusta los niveles de calcio, mientras que, la aldosterona equilibra el sodio y la presión arterial.
Controla el desarrollo y la reproducción: estrógenos y testosterona facilitan la maduración sexual y la progesterona prepara el útero para el embarazo.
Responde al estrés: la adrenalina acelera el pulso y desvía sangre a los músculos ante un susto en el metro; el eje hipotálamo-hipófisis-adrenal modula la recuperación.
Sincroniza ritmos biológicos: la melatonina facilita el sueño, siendo imprescindible para la memoria y la inmunidad.
Las partes del sistema endocrino son las siguientes:
Con respecto al sistema endocrino y sus partes, el hipotálamo es una pequeña estructura en la base del cerebro que funge como puente entre el sistema nervioso y endocrino.
Detecta cambios en temperatura, osmolaridad y niveles de nutrientes, mientras que, en respuesta, libera hormonas liberadoras o inhibidoras hacia la hipófisis. Asimismo, produce oxitocina y vasopresina, almacenadas más tarde en la neurohipófisis.
Un traumatismo craneal grave puede dañar estos núcleos y desencadenar diabetes insípida, caracterizada por sed intensa y diuresis abundante.
En lo que concierne al sistema endocrino y sus partes y funciones, la hipófisis es una glándula del tamaño de un chícharo resguardada en la silla turca, de manera que, la adenohipófisis secreta 6 hormonas clave, tales como crecimiento (GH), adrenocorticotropa (ACTH), prolactina, hormona estimulante de tiroides (TSH) y gonadotropinas (FSH y LH).
Así pues, la neurohipófisis libera oxitocina y vasopresina. Un adenoma hipofisiario puede provocar hiperprolactinemia: las clínicas del IMSS recomiendan medir prolactina sérica en mujeres con galactorrea o amenorrea.
En lo que concierne al sistema endocrino y sus características, la glándula tiroidea está situada en la parte anterior del cuello, produce tiroxina (T4) y triyodotironina (T3), hormonas que regulan el gasto energético.
Deficiencias de yodo, pueden causar bocio. Según INSABI, 2 % de la población mayor de 50 años refiere problemas tiroideos.
El tamiz neonatal gratuito detecta hipotiroidismo congénito y evita retraso mental si el tratamiento inicia antes de los 15 días de vida.
En cuanto al sistema endocrino y sus partes, las glándulas paratiroideas son 4 pequeños nódulos adheridos a la cara posterior de la tiroides. Estas secretan parathormona (PTH), que aumenta el calcio sérico al liberar calcio óseo y estimular la síntesis de vitamina D activa en riñón.
La hiperplasia paratiroidea secundaria a enfermedad renal crónica exige control estricto de fósforo en la dieta y quelantes, tal como indica la guía clínica de la Secretaría de Salud.
Con relación al sistema endocrino y sus partes, las glándulas suprarrenales coronan cada riñón y constan de corteza y médula, mientras que, la corteza produce mineralocorticoides, glucocorticoides y andrógenos; la médula sintetiza adrenalina y noradrenalina.
De este modo, el síndrome de Cushing, por exceso de cortisol, ocasiona obesidad centrípeta y osteoporosis. Las consultas por hipertensión refractaria requieren descartar feocromocitoma, un tumor productor de catecolaminas.
Con respecto al sistema endocrino y sus partes, la glándula pineal está situada en el techo del diencéfalo y libera melatonina en respuesta a la oscuridad. Al vivir en ciudades con iluminación nocturna intensa, algunas personas sufren retraso en la fase del sueño.
Asimismo, los especialistas del Instituto Nacional de Neurología recomiendan limitar pantallas antes de dormir para no inhibir la secreción de melatonina.
En lo que concierne a las partes del sistema endocrino y su función, son gónadas femeninas que secretan estrógenos, progesterona e inhibina. Durante el ciclo menstrual responden a FSH y LH: durante la ovulación, el folículo dominante libera un óvulo.
El síndrome de ovario poliquístico afecta a casi 13 % de las mujeres en edad fértil, según la ENSANUT. El control del peso y el ejercicio mejoran la sensibilidad a la insulina y la frecuencia de ovulación.
Los testículos producen testosterona en las células de Leydig y espermatozoides en los túbulos seminíferos. La testosterona influye en la masa muscular, la densidad ósea y la libido.
El cáncer testicular, aunque raro, es la neoplasia sólida más frecuente entre los 20 y 35 años; el autoexamen mensual y la ultrasonografía escrotal permiten detectarlo en fases tempranas, con tasas de curación superiores al 95 %.
Para cuidar el sistema endocrino con sus partes, se recomienda poner en práctica los siguientes consejos:
Mantén un peso saludable: la obesidad abdominal aumenta la resistencia a la insulina. La NOM-015-SSA2-2010 subraya que, para prevenir diabetes, es de suma importancia la realización de actividad física de forma diaria.
Consume yodo suficiente: elige sal yodada certificada y modera el consumo de bocadillos altos en sodio.
Duerme 7 horas por noche: la privación crónica altera la secreción de GH y cortisol.
Evita tóxicos: el tabaco multiplica el riesgo de hipotiroidismo subclínico; los pesticidas organofosforados pueden actuar como disruptores endocrinos.
Realiza chequeos periódicos: medir glucosa en ayuno y presión arterial permite detectar enfermedades endocrinas silenciosas.
Gestiona el estrés: técnicas de respiración, yoga o caminatas en parques urbanos reducen picos de cortisol.
Modera el consumo de alcohol: los excesos disminuyen la producción de testosterona y elevan los estrógenos circulantes.
Atiende señales de alerta: fatiga inexplicable, aumento de peso sin causa, alteraciones menstruales o crecimiento de manos y pies justifican una valoración endocrinológica.
El buen funcionamiento del sistema endocrino y sus partes es fundamental para la energía, el crecimiento y la longevidad.
Por lo tanto, adoptar una alimentación balanceada, practicar ejercicio regular y acudir a revisiones médicas anuales fortalece este delicado engranaje, de forma que, gracias a iniciativas públicas, como tamiz neonatal, campañas contra la obesidad y clínicas de control metabólico, es posible avanzar en la detección y el tratamiento oportuno de las alteraciones hormonales.
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