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Seguro que en algún momento has escuchado la frase: lo que no se mide, no existe. Los Kpis, o Key Performance Indicators, son métricas cuantitativas usadas en las empresas que permiten medir la evolución de los equipos de trabajo. La definición de un plan estratégico que establezca los kpis, es crucial para la toma de decisiones y visión de negocio.
En este artículo abordamos este indicador desde diferentes puntos de vista para que puedas elegir aquellos que mejor se adecuen a tu negocio. ¡Vamos a ello!
Como decimos, un KPI es un indicador clave de rendimiento que permite sintetizar información sobre las acciones que se están llevando a cabo, evaluando el desempeño de un proceso, equipo o estrategia, para alcanzar un objetivo previamente establecido. Esta información está orientada a facilitar la toma de decisiones sobre un proyecto en base a datos fidedignos.
En muchos proyectos intervienen diferentes equipos y líneas de negocio lo que hace muy complicado identificar por qué su evolución es positiva o al contrario, por qué no funciona como se esperaba. Los KPIs vienen a solucionar esta situación, ya que nos permiten agrupar y medir aspectos de manera aislada facilitando el control y la visión general.
Por esta razón, es fundamental usar KPIs en empresas además, a diferencia de métricas generales, los KPIs están directamente relacionados con los objetivos estratégicos de una organización, como aumentar las ventas, mejorar la satisfacción del cliente o reducir costos operativos. Pero recuerda, es importante, que para que un KPI sea efectivo debe ser: cuantificable, específico y procesable.
Seleccionar el tipo de KPI adecuado es crucial para obtener resultados precisos y útiles. Aquí te presentamos los tipos más comunes:
No todos los KPIs son iguales, y la elección de los adecuados depende de las metas que se busquen alcanzar.
El primer paso comienza con una compresión clara de los objetivos de la empresa, Por ejemplo, si el objetivo es aumentar un 20% de las ventas en un trimestre, los KPIs podrían incluir la tasa de conversión de leads o el valor promedio por cliente. Es importante elegir herramientas que permitan un monitoreo constante como plataformas de de análisis de datos.
Para establecer KPIs que realmente ayuden a lograr mejores resultados, puedes seguir estos 5 pasos:
Seguir este proceso asegura que tus KPIs no solo sean relevantes, sino también accionables.
Cada área de una organización utiliza KPIs específicos que reflejan sus prioridades. Aunque los KPIs se utilizan en multitud de negocios es en marketing donde su uso está más extendido. En dicho sector por ejemplo, el éxito se mide a través de métricas como la tasa de clics o el retorno de inversión publicitaria.
En ventas, destacan indicadores como el tiempo promedio para cerrar una venta o el valor promedio por pedido. Recursos Humanos, por su parte, utiliza indicadores como la tasa de retención de empleados o la satisfacción laboral, mientras que atención al cliente se enfoca en el tiempo de resolución y la lealtad del consumidor.
Estos ejemplos demuestran cómo los KPIs se adaptan a diferentes necesidades, ofreciendo una visión integral del rendimiento empresarial.
Uno de los errores más frecuentes es elegir KPIs que no están alineados con los objetivos estratégicos. Esto puede llevar a desperdiciar recursos midiendo métricas que, aunque interesantes, no generan un impacto real.
Otro problema es no dar seguimiento regular a los KPIs, lo que puede resultar en decisiones desinformadas.
Además, intentar monitorear demasiados indicadores a la vez puede generar confusión y diluir el enfoque. La solución radica en priorizar, asegurarse de que los KPIs sean realmente relevantes y revisarlos periódicamente para ajustar estrategias según los resultados obtenidos.
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