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Por lo general, la oposición es un procedimiento selectivo o concurso que consta de diferentes pruebas para evaluar la aptitud y la capacidad de los participantes; los resultados obtenidos posicionan, según las calificaciones, a los postulados en un orden de preferencia.
Los exámenes de oposición son pruebas aplicadas durante el proceso de selección con el objetivo de obtener acceso a un cargo en una empresa u organización. Su uso es habitual y ampliamente conocido para ocupar plazas en organismos públicos y del estado.
Este sistema está orientado y basado en los principios de meritocracia, capacidad e igualdad, ya que a todos los concurrentes o profesionales se le presenta la misma oportunidad para su selección.
El sistema de selección para un empleo público asegura que exista una conexión entre el cargo y las destrezas solicitadas para la evaluación. De este modo, las candidaturas para el ejercicio de la enfermería, informática, policía nacional, guardia civil, auxiliar administrativo, por ejemplo, cuentan con diferentes ítems de aprobación.
De la misma manera, en muchas organizaciones este tipo de pruebas tienen un carácter eliminatorio, es decir, al superar la primera se posibilita la presentación de una segunda prueba, y así sucesivamente. En esta sección, repasaremos los diferentes exámenes de oposición más habituales.
Los exámenes tipo test suele presentarse en la mayoría de las oposiciones, debido a su facilidad de corrección por ordenador. En este formato, se establecen diferentes preguntas filtradas de un temario general u especifico, al cual debemos responder seleccionando la respuesta correcta; por lo general, por cada pregunta, se colocan entre 2 a 4 respuestas posibles.
En muchas ocasiones, se incluye un factor de corrección. Esta técnica resta de la puntuación final las respuestas fallidas, para evitar que se hayan seleccionado al azar.
Estos exámenes suelen tener una duración limitada, por lo que se requiere en el candidato rapidez y precisión a la hora de marcar respuestas. Además, en muchos casos se incluyen preguntas con enunciados enrevesados que requieren una cuidadosa interpretación antes de seleccionar la respuesta correcta. Por norma general, a la hora de hacer un examen de oposiciones tipo test se suele poner mucho énfasis en leer y releer con atención las preguntas más traicioneras que contienen respuestas muy matizadas.
En los exámenes de desarrollo de temas se extraen, diferentes preguntas libres para desarrollarlas por escrito. En esta prueba se evalúan diferentes capacidades, como lo son la expresión escrita y ortografía, dominio del tema, amplitud de conocimiento y, dependiendo del cargo a optar, nociones básicas de matemáticas, cálculos y computación.
Por lo general, estas respuestas se leen ante un tribunal designado para su aprobación. Al desarrollar temas enteros, es esencial organizar la información de manera lógica y coherente para no perderse e irse por las ramas y para no confundir al examinador. La claridad en la exposición de ideas y la estructuración adecuada del contenido son aspectos clave que los evaluadores tienen muy en cuenta al calificar las respuestas.
Los casos prácticos a menudo están diseñados para reflejar situaciones del mundo real que los candidatos podrían enfrentar en el ejercicio de sus funciones. Entre los diferentes exámenes de oposición, los casos prácticos evalúan capacidad de análisis, sistematicidad en la propuesta y elaboración de ideas con los conocimientos requeridos de la función.
Todos estos elementos se derivan de una situación que pudiera ser real, un simulacro de caso, en el que se sitúa al participante en una coyuntura compleja para que afronte problemas relacionados con el cargo a ejercer. Evalúan no solo el conocimiento teórico, sino también la habilidad para aplicar ese conocimiento de manera efectiva en contextos prácticos y resolver problemas de manera creativa.
En los procesos selectivos de las oposiciones es común encontrarse un examen de idiomas. En la mayoría de los casos es opcional, y sirve para aumentar el puntaje total. Puede incluir aspectos como la gramática, la coherencia en la expresión y la capacidad para captar matices y sutilezas lingüísticas, destacando así la competencia integral del candidato en el idioma evaluado.
Su verificación consiste en traducir un fragmento, sin la ayuda de suplementos o diccionarios, al idioma del participante. Por norma general, se aplica el formado estándar del Marco Europeo de Referencia para las Lenguas para definir el nivel del candidato.
Si se dispone de algún título oficial de idiomas que sirva como acreditación de nivel como, por ejemplo, Cambridge para inglés o Alianza Francesa para el francés, no será necesario hacer este examen para que el mérito figure en el recuento de puntos.
Dentro del mundo de los exámenes de oposición, esta clasificación es muy específica del área de trabajo y están diseñadas para revelar rasgos psicológicos y habilidades específicas relevantes para el trabajo. En este tipo de pruebas se exploran las competencias, personalidad y capacidad en diferentes actividades.
Entre ellas podemos mencionar la destreza lingüística, retando al participante en la creación de analogías y búsqueda de sinónimos; la competencia matemática, con la resolución de problemas de orden lógica y operaciones básicas. Además de las habilidades lingüísticas y matemáticas, pueden abordar la capacidad de concentración, resistencia al estrés y la toma de decisiones bajo presión.
Existen, sin embargo, diferentes formas de evaluar la rapidez del procesamiento de información y la memoria hasta la resistencia física. Esta última se aplica con frecuencia en exámenes de oposiciones de guardia civil o en exámenes oficiales de oposiciones para policía.
Para afrontar con éxito un examen de oposición, es crucial establecer una rutina de estudio consistente y bien planificada. Muchos opositores cometen un gran fallo en los primeros meses de estudio, que es relajarse y no tomarse la Oposición con demasiada seriedad. Si bien es necesario descansar y despejarse controladamente de vez en cuando, para aprobar un examen de Oposiciones y sacar plaza es necesario ser diligente y prepararse sobradamente. No te confíes con estudiar un rato aleatorio al día y planifica bien tus jornadas de estudio.
Enfócate en comprender los conceptos clave en lugar de memorizar información de manera superficial. Existen diferentes técnicas de estudio como la técnica Pomodoro que te ayudarán a sistematizar tus tiempos de estudio, descomponer toda la información y fijarla en tu memoria de forma duradera. Además, debes estudiar de forma inteligente y practicar regularmente con ejercicios similares a los del examen para familiarizarte con el formato y la dinámica.
Durante el examen, gestiona tu tiempo de manera eficiente, respondiendo primero las preguntas cuya respuesta tengas más clara. A la hora de estudiar, mantén la calma, confía en tus conocimientos para no desmoralizarte, pues las sesiones de estudios prolongadas en el tiempo pueden hacerse cuesta arriba, y recuerda que la actitud positiva puede marcar la diferencia.
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