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En esta infografía de la Luna se condensa la riqueza científica, histórica y cultural que acompaña a este satélite natural, que no solamente cautiva por su belleza, sino que ha sido un laboratorio natural para la astronomía, la geología y la exploración espacial. Así pues, desde su composición geológica hasta su influjo en las mareas y los rituales humanos, la Luna ha sido objeto de estudio y fascinación.
La Luna es el único satélite natural que tiene la Tierra y el quinto más grande que hay en el sistema solar. Con un radio de 1.737 km, equivale a poco más de un cuarto del diámetro terrestre, y su masa es aproximadamente 1,2 % de la de nuestro planeta.
Orbita a una distancia media de 384.400 km, completando un ciclo sinódico (fase a fase) en 29,53 días.
Asimismo, con respecto a cuáles son las características más importantes de la luna, su gravedad superficial es cerca de un sexto de la terrestre, lo que permitió a los astronautas de las misiones Apollo desplazarse con facilidad relativa.
La Luna carece de atmósfera significativa, con solamente rastros de helio, neón y argón. Su superficie está cubierta por regolito y, contiene polvo fino y fragmentos de roca como resultado de impactos meteoríticos milenarios.
Los mares lunares (“maria”) son planicies de basalto solidificado, visibles desde la Tierra y, a menudo, confundidos con océanos oscuros.
En esta infografía de la Luna, hay que mencionar que, la teoría más aceptada sobre su origen es la Hipótesis del Gran Impacto: hace unos 4.500 millones de años, un cuerpo del tamaño de Marte, denominado Theia, colisionó con la proto-Tierra, expulsando al espacio una gigantesca cantidad de material fundido y vapor.
Ese disco de escombros se enfrió y aglutinó para formar la Luna, siendo un modelo que explica la similitud en las proporciones isotópicas de oxígeno entre rocas terrestres y lunares, así como la carencia de un núcleo metálico comparado con la Tierra.
Así pues, se presume que la Luna pudo formarse en cuestión de horas después del impacto, cuando fragmentos del manto terrestre y del impactor, entraron directamente en órbita y se fusionaron rápidamente.
En la infografía de la Luna cabe destacar que, esta exhibe 2 movimientos principales que resultan fundamentales para comprender su comportamiento y efectos en la Tierra.
La Luna rota sobre su eje en el mismo tiempo que la Tierra (27,3 días siderales) tarda en orbitar, tratándose de un fenómeno llamado acoplamiento por marea o rotación sincrónica.
Gracias a ello, siempre vemos la misma cara lunar, mientras que, el lado oculto permanece fuera de nuestra vista directa.
Su trayectoria alrededor de la Tierra no es un círculo perfecto, sino una elipse con una excentricidad de 0,055.
La variación de distancia, es decir, perigeo (363 300 km) a apogeo (405 500 km), influye en el tamaño aparente de la Luna y la amplitud de las mareas terrestres.
Además, la interacción gravitatoria gradualmente aleja la Luna unos 3,8 centímetros cada año, incrementando la duración de nuestro día en milisegundos por siglo.
Tras el Gran Impacto, el disco resultante de escombros se mantenía por gravedad alrededor de la Tierra.
De tal forma, la mezcla inicial de materiales permitió la formación de un satélite homogéneo en composición y temperatura.
El impacto también explica la ausencia de hierro en el núcleo lunar: la colisión lanzó principalmente material del manto terrestre, dejando la mayor parte del hierro fundido en la Tierra.
Aun así, persisten preguntas sobre la abundancia de elementos volátiles, tales como el titanio y el aluminio en las rocas lunares, motivo de investigaciones continuas en misiones futuras.
De esta forma, en esta infografía de la Luna, hay que indicar que, aunque su origen exacto sigue siendo un misterio, la teoría más aceptada por la comunidad científica sugiere que se formó tras el impacto de un objeto del tamaño de un asteroide contra la Tierra primitiva.
Los restos de esa colisión se habrían fusionado con el tiempo, dando lugar al astro que ilumina nuestras noches.
En la infografía de las fases lunares, hay que mencionar que estas son las formas métricas que adopta la parte iluminada del disco lunar vista desde la Tierra, resultado de la geometría Sol–Tierra–Luna.
Así pues, cada ciclo sinódico dura 29,53 días e incluye 4 etapas principales:
La Luna se encuentra ubicada entre el Sol y la Tierra, con su cara iluminada apuntando hacia el Sol. Desde nuestra perspectiva, el disco está en sombra y prácticamente invisible, salvo por el leve resplandor de la Tierra.
En lo que concierne a la infografía de las fases de la luna, 7 días después de la luna nueva, la mitad derecha del disco se ilumina, formando una semiluna, que aumenta de tamaño, siendo una fase que anuncia la entrada en la fase llena.
15 días tras la nueva, la Luna está opuesta al Sol y vemos su cara completamente iluminada, un fenómeno que realza las mareas y genera eclipses lunares cuando atraviesa la sombra terrestre.
De esta forma, la claridad del disco permite estudios telescópicos y misiones de sobrevuelo.
7 días después de la luna llena, es posible observar la mitad izquierda iluminada, que mengua hasta volver a la fase nueva, completando el ciclo.
La infografía de la Luna pone en evidencia que esta permite conocer mejor a nuestro planeta, así como que sus mareas, estabilidad axial e historia temprana del sistema solar dependen de esta.
En este sentido, este satélite natural, consiste en un cuerpo celeste que gira alrededor de la Tierra y desempeña un papel fundamental en el equilibrio del planeta, contribuyendo a mantener la estabilidad del clima terrestre, siendo la principal responsable del fenómeno de las mareas en los océanos.
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