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El triaje es un proceso que posibilidad una gestión del riesgo clínico para poder manejar adecuadamente y con seguridad los flujos de pacientes cuando la demanda y las necesidades clínicas superan a los recursos. Hoy día se emplean sistemas de triaje estructurado con cinco niveles de prioridad que se distribuye asumiendo el concepto de que lo urgente no siempre es grave y lo grave no es siempre urgente y hacen posible clasificar a los pacientes a partir del «grado de urgencia», de tal modo que los pacientes más urgentes serán asistidos primero y el resto serán reevaluados hasta ser vistos por el médico.
El sistema español de triaje (SET) y el sistema de triaje Manchester (MTS) son los dos sistemas normalizados de mayor implantación en España. Todos son sistemas multidisciplinares basados en razones y en la urgencia de la consulta, pero no en diagnósticos y son efectuados por enfermería con apoyo médico puntual. De forma análoga, todos incorporan elementos de monitorización de la calidad del propio servicio de urgencias y cuentan con proyección para poder ser aplicados en el ámbito extrahospitalario. Pero ¿qué valora esta esta escala?
La escala de Manchester permite clasificar a los pacientes en función de la gravedad de aquello que reportan o padecen. Mediante esta escala, se asigna la prioridad de atención desde niveles rojos o altos hasta niveles azules o de no urgencia. Como veremos más adelante, se utilizan estas categorías, que se asocian a ciertos colores, para determinar cuánto tiempo deberán de tardar los médicos en atender a la persona que llega a urgencias. Así, mediante una evaluación de triaje rápida y atenta a la situación del paciente (por ejemplo, los signos vitales, presencia de fiebre, consciencia, entre otros), se establece el grado de urgencia antes mencionado. Básicamente, esta es una respuesta a lo que significa triaje en un hospital o triaje hospitalario.
Este proceso de triaje se realiza en las consultas de ingreso, recepción o entrada en los hospitales. Estos espacios están reservados para la evaluación previa de quienes asisten buscando atención hospitalaria; luego, tras la evaluación, se les deriva a consultas especializadas, de tal manera que, en función de su grado de urgencia, esperan más o menos para recibir atención o, en cualquier caso, son enviados a otros servicios de salud cuando los casos no presentan gravedad.
El triaje la clasificación de la gravedad, sintomatología y problema de salud que presenta un paciente cuando llega al servicio de urgencias y que permite definir la prioridad de la atención. Esta clasificación se realiza a través de la valoración del médico o enfermero profesional, quienes identifican qué enfermedades requieren atención inmediata para priorizarlas sobre aquellas que pueden esperar.
El propósito del triaje es determinar la prioridad con la cual se atenderán los usuarios en los servicios de urgencias que se basa en sus necesidades terapéuticas y en los recursos disponibles.
La escala de clasificación de pacientes contempla 52 motivos posibles de consulta que, de forma amplia se pueden agrupar en las 5 categorías siguientes: Enfermedad, Lesión, Niños, Conducta anormal e inusual y Catástrofes. En cada uno se despliega un árbol de flujo de preguntas. Después de 4-5 preguntas como máximo, clasifica al paciente en una de las 5 categorías que se traducen en un código de color y en un tiempo máximo de atención.
El profesional selecciona un número síntomas de cada nivel de prioridad y utiliza discriminadores dispuestos en forma de diagramas para asignar a los pacientes a una de las 5 prioridades clínicas.
Para llevar a cabo el funcionamiento del sistema de Triaje Manchester utiliza una serie de algoritmos básicos y también avanzados Según el método SHORT son aquellas que respiran o presentan signos de circulación, pero no hablan con normalidad o no obedecen órdenes sencillas. Permanecen entre las víctimas que no pueden caminar. Para realizar el método short debemos realizar las siguientes cuestiones:
¿La víctima puede caminar? El rescatador debe indicar a las víctimas en voz alta. ¡Todo el que pueda caminar, que me siga! , guiándolos hasta un lugar previamente establecido. Estas víctimas se mantendrán en observación y se les asignará el color verde, quedando pendiente una evaluación posterior para detectar posibles casos no ilesos.
Si no puede caminar, ¿Habla sin dificultad y obedece órdenes sencillas? Si cumple ambas premisas se clasificará con color amarillo. ¿Respira? ¿Tiene signos de circulación? Si hay dudas, se realizará una apertura manual de la vía aérea y se valorará con el método «ver, oír, sentir». Se buscarán signos indirectos de circulación como movimientos, tos, etc.
También es importante hablar sobre los discriminadores del algoritmo básico de short. Estos discriminadores generales son los siguientes: riesgo vital, dolor, hemorragia, nivel de conciencia, temperatura y agudeza (tiempo de evolución) y se aplican a todos los pacientes independientemente de su forma de presentación.
El método es coherente en sus planteamientos, ya que los síntomas guía pueden conducir a más de un diagrama de presentación clínica. Así, un paciente que no se encuentra bien con el cuello rígido y dolor de cabeza tendrá la misma prioridad si el profesional utiliza los diagramas de «adulto con mal estado general», «dolor de cuello» o «dolor de cabeza».
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