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Los problemas que enfrenta la juventud son temas que traen de cabeza a muchos padres, educadores y a otras personas que se hallan en su entorno más próximo. La adolescencia es la etapa que tiene lugar entre los 10 y los 19 años, aunque ciertos estudios apuntan que termina a los 25 años, coincidiendo con el inicio de la madurez.
La juventud es el instante en el que se está más lleno de vida, ya que los jóvenes, a esa edad, cuestionan las normas y quieren mostrar ante todos que son independientes, provocando con su comportamiento problemas en la adolescencia. Muchas veces rompen las reglas por algo fisiológico, ya que su cerebro no está completamente maduro o desarrollado y tienden a cometer errores consecutivamente. Esto da lugar a problemas entre los adolescentes que afectan su entorno social y familiar.
Podemos mencionar que los principales problemas de los jóvenes en la adolescencia más frecuentes son los siguientes:
Debido a diferentes factores externos, los jóvenes tienden a sentir muchas emociones; por ello, se encierran en su habitación para evitar estar en contacto con sus familiares más próximos. Esta situación puede deberse a problemas familiares en la adolescencia que no se abordan de forma adecuada.
Durante la adolescencia, el acoso escolar puede manifestarse de diferentes maneras, ya sea a través de actitudes violentas, agresiones físicas o, incluso, acoso a través de redes sociales. Los agresores pueden actuar de manera individual o grupal; en cualquier caso, se afecta la psicología de la víctima, quien se siente observada, perseguida, agredida y desestimada. En este contexto, es fundamental entender a qué situaciones de riesgo están expuestos los adolescentes y cómo prevenirlas.
Los problemas con la alimentación pueden generar patologías como los trastornos del comportamiento alimentario. Estos problemas están estrechamente relacionados con la baja autoestima y con cómo los adolescentes perciben su imagen corporal. En este sentido, los trastornos en la adolescencia también implican una atención integral. Es importante que los adolescentes que tengan inconvenientes en la juventud con este tema alimenticio acudan al médico de atención primaria para su valoración y orientación.
Cada vez es más común que los adolescentes experimenten de forma precoz las relaciones sexuales; por ello, en muchas situaciones no usan ningún tipo de protección, con la probabilidad de obtener un embarazo no deseado o contraer alguna enfermedad de transmisión sexual.
El consumo de alcohol y otras drogas es una práctica cada vez más común entre adolescentes, y con una edad de inicio precoz que ronda los 13 años. Inician en el consumo de drogas accesibles y que son legales (para los adultos) como el alcohol y el tabaco, y a medida que pasa el tiempo, toman otras drogas como el cannabis y el hachís, usando posteriormente otras más peligrosas como las anfetaminas, el speed, etc. En este contexto, los problemas de los jóvenes en la actualidad reflejan una necesidad urgente de prevención temprana.
Por lo común, tienden a sentirse comprendidos e integrados por su grupo de iguales, pero se sienten cuestionados y con pocas ganas de abrirse a los adultos y a sus seres más cercanos. Esta distancia emocional muchas veces agrava las dificultades que enfrentan los adolescentes para ejercer sus derechos en ámbitos escolares y familiares.
El adolescente sufre cambios en todo su cuerpo, está en plena transición entre la niñez y la adultez. Es importante que desde esta etapa se trabaje en el aceptarse a uno mismo con las deficiencias y virtudes, para cambiar aquello que realmente nos conduzca a una enorme satisfacción personal. Aquí cabe preguntarse qué problemas psicológicos pueden surgir en la adolescencia si no se acompaña adecuadamente este proceso de autoaceptación.
Esta clase de asociaciones y colaboraciones que surgen entre adolescentes tienen distintas consecuencias negativas. Por lo mismo, es importante mantener bien alejados a nuestros jóvenes de estos espacios. Los adolescentes en riesgo social pueden encontrar en estos grupos un refugio peligroso ante la falta de vínculos familiares estables. Los padres y familiares cercanos deben estar pendientes de cómo son sus interrelaciones y si notan cambios en la conducta de los menores que puedan ser indicio de que algo no va bien.
Pueden ser distintas las causas que conducen al bajo rendimiento académico, y además, variarán en cada joven. Este es un problema que afecta a toda la sociedad educativa, y por lo tanto, los padres y los profesores deben trabajar conjuntamente por el bien de los alumnos en casa.
Es importante promover hábitos y rutinas de estudio; es decir, tener un espacio para aprender que se encuentre bien iluminado, implantar unas horas de trabajo en las que el adolescente no será interrumpido, etc.
Una vez culminados los estudios básicos (véase el sistema educativo de cada país), los jóvenes enfrentan problemas de inserción laboral desde la entrada a la mayoría de edad. Se les exige no solo cualificación, sino también experiencia, lo que se presenta como un reto a una edad tan corta. Esto conduce a los jóvenes a elegir empleos mal remunerados o con horarios desfavorables, lo que se suma a la vulnerabilidad laboral que usualmente deriva en explotación o despidos injustificados.
La adolescencia es una etapa en la que ocurren muchos cambios en los niveles social, emocional, físico y cognitivo que los adolescentes experimentan de diferente modo. Por lo tanto, es necesario establecer una serie de medidas para no solo prevenir posibles conflictos, sino también formar una personalidad resiliente, fuerte, empática y, desde luego, centrada en el bienestar individual, aspecto que tiene impactos positivos en el bienestar colectivo. En este contexto, se deben considerar alternativas de solución para los problemas de los adolescentes desde la educación, la familia y las instituciones sociales. Pero ¿qué hacer? Estas son algunas de las acciones:
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