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El esquema de Greimas es una herramienta de análisis narrativo que organiza la acción de un relato en funciones claras y repetibles. De tal manera, en México, resulta útil para Lengua y Literatura, guion, periodismo narrativo y marketing de contenidos, en vista de que permite diagnosticar por qué una historia avanza (o no) y cómo mejorarla sin depender de intuiciones.
Algirdas J. Greimas (1917–1992) trabajó dentro del estructuralismo, pudiendo evidenciarse que el sentido no está solamente “en los personajes”, sino también en las relaciones que establecen.
Su programa describe recorridos de transformación (quién quiere qué, quién legitima, quién recibe el valor), así como oposiciones de sentido, tal como, por ejemplo, éxito y fracaso que cohesionan un texto.
En Sémantique structurale (1966), Greimas sentó bases de su sistema y, junto con Courtés, publicó después un diccionario razonado que normalizó su terminología.
Entre sus aportes más usados en el aula están el cuadrado semiótico (oposiciones de sentido); el programa narrativo (trayectoria del deseo/acción) y el modelo actancial (estructura funcional de los relatos).
Estas herramientas son transversales, de modo que, sirven para leer un cuento, evaluar un reportaje, diseñar un spot o planear la narrativa de un emprendimiento.
El esquema actancial de Greimas concreta 6 funciones (actantes) que se agrupan en 3 ejes:
La pregunta guía es simple: ¿quién desea qué, por qué, para quién, con qué apoyos y frente a qué obstáculos?
Completar la matriz revela incoherencias (un Sujeto que quiere algo, pero actúa en otra dirección) o vacíos (no hay Oponente real).
La forma de cómo trazar el esquema narrativo de Greimas en 5 minutos es el siguiente:
Úsalo para evidencias de aprendizaje: (a) la alumna identifica con citas del texto a cada actante, (b) justifica el valor del Objeto, (c) explica cómo Ayudantes y Oponentes alteran el curso de los hechos, (d) reescribe una escena cambiando un Oponente y predice el nuevo desenlace.
Aplicación exprés en marketing de contenidos: Sujeto = marca local; Objeto = confianza para probar un servicio; Destinador = valores de la campaña, tales como, por ejemplo, Destinatario = clientela de un barrio; Ayudantes = testimonios verificados, sello de calidad, tutorial en video; Oponentes = desinformación, desabasto y rumores. El mapa evita guiones dispersos y orienta CTA, tono y elección de evidencia.
Errores frecuentes: confundir Objeto con “premio” (cuando es un valor); suponer Ayudantes vagos (“la suerte”); poner Oponentes sin capacidad real de bloqueo; olvidar quién recibe el valor (Destinatario) y escribir historias sin impacto claro.
En gramática, “actante” es un argumento del predicado; en narratología, una posición funcional dentro de la acción.
Así pues, en análisis narrativo, un actante puede ser una persona, un colectivo, un objeto valioso, una institución, una fuerza natural o una idea, tal como, por ejemplo, “el destino”. Lo relevante es el papel que desempeña respecto del objetivo del Sujeto.
Un personaje es una entidad concreta con nombre propio, tal como, por ejemplo, Ana, un maestro o una marca, mientras que, actante es un papel estructural que ocupa en la acción, es decir, sujeto, objeto, ayudante, entre otros.
De tal forma, un mismo personaje puede “moverse” entre funciones de Ayudante a Oponente si cambian sus motivos. Y una misma función puede repartirse entre varios personajes, es decir, 2 Ayudantes distintos en momentos diferentes. Esta distinción evita confundir evolución psicológica con estructura del relato.
Piensa el relato como una búsqueda:
Sujeto desea un Objeto, tal como, conocimiento, justicia, financiamiento o reconciliación.
Destinador impulsa o legitima el deseo con valores, mandato, promesa o diagnóstico.
Destinatario recibe el valor si el objetivo se cumple en la comunidad, el cliente o el propio Sujeto.
Ayudante aporta competencias y recursos como aliados, tutoriales, presupuesto o clima a favor.
Oponente introduce dificultad como antagonista, burocracia, desinformación, miedo o falta de tiempo.
Este marco simplifica la evaluación por competencias, de manera que, el alumnado debe justificar con citas del texto cada asignación de por qué X es Oponente o dónde se ve que Y actúa como Ayudante.
En guion y contenidos, sirve para escribir sinopsis claras y briefs que alinean objetivo, conflicto y tono.
Con respecto a cuáles son los roles de los actantes de un relato, podemos mencionarlos siguientes:
Sujeto: quien porta el deseo, tal como, por ejemplo, una estudiante que busca ganar un concurso estatal de ciencia.
Objeto: es el valor buscado y no solamente se trata de una cosa, sino que, puede ser reconocimiento, empleo o paz social.
Destinador: consiste en la instancia que pone en marcha el deseo, tales como convocatoria, mentoría, una promesa o un dato alarmante.
Destinatario: quien recibe el valor final, tal como la estudiante, su equipo, su colonia o una audiencia.
Ayudante: todo lo que favorece, es decir, laboratorio abierto, tutoriales confiables, becas o un sindicato apoyo.
Oponente: lo que dificulta, tal como falla técnica, rumor, sesgo, trámites o recorte de presupuesto.
Así pues, por ejemplo, una colectiva juvenil (Sujeto) busca reabrir un laboratorio comunitario (Objeto). Un diagnóstico de salud pública y una convocatoria municipal legitiman el proyecto (Destinador). Las y los vecinos se benefician (Destinatario). Un profesor guía y un microfinanciamiento actúan de Ayudantes; la falta de insumos y la desinformación son Oponentes. El relato progresa cuando el Sujeto convierte Ayudantes en acciones y neutraliza Oponentes.
Los consejos rápidos para usar el esquema de Greimas en clase o proyecto son las siguientes:
Esboza el diagrama antes de escribir, procurando evitar tramas que no van a ningún lado.
Revisa coherencia entre deseo declarado y acciones del Sujeto.
Verifica que exista un Oponente real, de manera que, sin fricción, no hay relato.
Define el Objeto como un valor y no solamente un ítem, estableciendo ¿qué cambia si se logra?
En proyectos sociales o de negocio, mapea actores reales a las 6 funciones y ajusta tu plan.
Dominar el esquema de Greimas, obliga a explicitar deseo, valor y obstáculos antes de escribir “la escena bonita”. Para practicarlo con rigor, alterna lecturas modelo con ejercicios de matriz actancial y reescritura guiada; lo que permite mejorar la claridad estratégica de cuentos, reportajes, campañas y pitch de proyectos.
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