Índice
Comprender cuáles son las partes de los pies, permite elegir mejor el calzado, anticipar lesiones y planificar rutinas de cuidado que mantengan la movilidad a cualquier edad. Así pues, caminar, correr, danzar o sostenerse largamente de pie son acciones tan cotidianas que rara vez pensamos en la compleja ingeniería que las vuelve posibles. Cada apoyo descarga varias veces el peso corporal sobre un conjunto de huesos, articulaciones, ligamentos, músculos y almohadillas grasosas que funcionan como una sola unidad.
Desde el punto de vista anatómico y funcional, el pie se divide en 3 segmentos: retropié, parte media (también llamada mesopié) y antepié.
Esa clasificación ayuda a identificar con precisión la zona afectada cuando surge dolor o deformidad, así como a decidir la estrategia terapéutica más adecuada.
En lo que respecta al significado de las partes de los pies, el retropié está formado por los huesos calcáneo y astrágalo, unidos entre sí por la articulación subtalar.
El calcáneo, pieza ósea más voluminosa del pie, soporta el talón y sirve de punto de inserción al tendón de Aquiles. Por su parte, el astrágalo se articula arriba con la tibia y el peroné, transmitiendo la carga axial procedente de la pierna.
Un entramado de ligamentos (calcaneonavicular plantar, deltoideo profundo y fascículos interóseos), estabiliza esta región y permite los movimientos de inversión y eversión que adaptan la planta a terrenos irregulares. La almohadilla grasa del talón actúa como amortiguador inicial.
La pérdida de grosor de la almohadilla grasa del talón, habitual con la edad o la práctica intensa de deportes de impacto, incrementa la presión local y favorece la aparición de fisuras cutáneas o fascitis plantar.
Esta última, caracterizada por dolor punzante en los primeros pasos de la mañana, se relaciona con acortamiento de la cadena muscular posterior y uso de calzado inadecuado.
Asimismo, antes de plantear infiltraciones, es recomendable la práctica de estiramientos específicos, plantillas con soporte longitudinal y, en casos crónicos, terapia física con ondas de choque.
Otra lesión típica del retropié es la fractura de calcáneo tras caídas desde cierta altura, lo que se debe a la robustez del hueso, la energía del impacto puede propagarse a la columna lumbar, por lo que la valoración diagnóstica incluye exploración de la región dorsal y estudios de imagen complementarios.
La rehabilitación temprana con ejercicios de rango de movimiento y carga progresiva favorece la consolidación ósea y reduce el riesgo de rigidez subtalar.
Con relación a la anatomía de las partes de los pies, la parte media o mesopié, se compone del navicular, el cuboides y los 3 cuneiformes. Junto con ligamentos cortos y la fascia plantar forman el arco longitudinal medial, estructuras elásticas que almacenan y liberan energía durante la marcha.
El mecanismo de windlass describe cómo, al extender los dedos justo antes del despegue, la fascia se tensa, eleva el arco y transforma el pie en una palanca rígida que impulsa el cuerpo hacia delante.
Una bóveda plantar funcional distribuye las presiones de forma uniforme; su colapso progresivo genera el pie plano adquirido del adulto. Las causas incluyen degeneración del tendón tibial posterior, artritis o sobrepeso. El tratamiento conservador (plantillas con cuña medial y refuerzo muscular), suele ofrecer buenos resultados cuando se inicia en fases tempranas; en estadios avanzados puede ser necesaria la corrección quirúrgica mediante osteotomías y transferencias tendinosas.
En personas muy activas, la parte media también puede sufrir artrosis de las articulaciones mediotarsianas.
El dolor dorsal difuso y la rigidez al levantarse de una silla son síntomas frecuentes. El calzado con suela rocker y los ejercicios de movilidad articular reducen la presión y mejoran la función.
Para corredores, se aconseja alternar superficies blandas y duras, así como realizar trabajos de propiocepción para mantener la estabilidad de la bóveda plantar.
El navicular es un hueso clave en la transmisión de fuerzas, mientras que, las fracturas por estrés aparecen sobre todo en disciplinas que combinan saltos y sprints.
El diagnóstico precoz mediante resonancia magnética evita desplazamientos y acortamiento del arco, complicaciones que prolongan el tiempo de recuperación.
En lo que concierne a cuáles son las partes anatómicas de los pies, el antepié está constituido por los 5 metatarsianos, las falanges y los sesamoideos, que son 2 pequeños huesos incrustados en el tendón del flexor del dedo gordo.
Esta sección se responsabiliza de la fase propulsiva de la marcha: en el “toe-off” las cabezas metatarsianas soportan más de una vez el peso corporal.
Un reparto homogéneo de presiones depende de la alineación correcta de los dedos y de la integridad de la almohadilla plantar.
El hallux valgus, más conocido como juanete, consiste en la desviación lateral del primer metatarsiano y medial de la falange proximal. Suele asociarse a herencia genética, uso prolongado de calzado angosto y laxitud ligamentaria.
Plantillas con descarga y ejercicios de separación del primer dedo ayudan a aliviar los síntomas tempranos; la cirugía correctiva se reserva para dolor persistente o deformidad severa.
La metatarsalgia describe el dolor plantar difuso en la región de las cabezas metatarsianas. Entre los factores implicados se encuentran la retracción del tendón de Aquiles, aumento del índice de masa corporal y ciertas alteraciones del arco.
Las ortesis de silicona con soporte retrocapital, distribuyen mejor la carga, mientras que, el fortalecimiento de los músculos intrínsecos, mediante la realización de ejercicios de agarre de toalla con los dedos, que reduce la presión central.
El neuroma de Morton es una neuropatía compresiva del nervio interdigital, habitualmente entre el tercer y cuarto metatarsianos. Se manifiesta como sensación de descarga eléctrica o ardor que mejora al descalzarse.
Las plantillas con barra metatarsal y la infiltración local de anestésico con corticoide proporcionan alivio en la mayoría de los pacientes, de forma que, la neurectomía queda reservada para casos refractarios.
Las partes de los pies en el cuerpo son la base que sostiene cada reto diario, desde un paseo tranquilo hasta una carrera exigente. Conocerlo, fortalecerlo y protegerlo es una inversión en estabilidad, rendimiento y calidad de vida para cualquier persona, en cualquier lugar del mundo.
El retropié amortigua, la parte media estabiliza y el antepié impulsa, de manera que, juntos, estos forman un engranaje que permite desplazarse con eficiencia y seguridad.
De tal modo, cuidar las partes de los pies no exige medidas complicadas, sino hábitos constantes como escoger el calzado apropiado; fortalecer la musculatura intrínseca; mantener un peso saludable; estirar con regularidad o revisar la piel y las uñas.
Quizá te interesa leer sobre:
¡Muchas gracias!
Hemos recibido correctamente tus datos. En breve nos pondremos en contacto contigo.