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eHealth consiste en el uso de tecnologías de la información y la comunicación para prevenir, atender y gestionar la salud, comprendiendo desde la telemedicina y las apps clínicas hasta la historia clínica electrónica y la analítica de datos. De tal forma, representa un cambio profundo en el acceso a la salud, poniendo al paciente en el centro y facilitando diagnósticos más rápidos, tratamientos personalizados, al igual que una gestión mucho más eficiente de los recursos sanitarios.
La transformación digital está redefiniendo la atención sanitaria, de modo que, con eHealth, los pacientes pueden acceder a servicios a distancia, compartir información clínica de forma segura y participar más activamente en su cuidado.
A escala global, la OMS ha marcado la “Global Strategy on Digital Health 2020–2025”, que se trata de una hoja de ruta que alinea principios, objetivos y líneas de acción para integrar la tecnología en los sistemas sanitarios de forma ética, segura y centrada en las personas.
Por su parte, en España, la Estrategia de Salud Digital del SNS define prioridades como impulsar la historia clínica interoperable, reforzar la ciberseguridad sanitaria, extender servicios de teleasistencia y fomentar la analítica avanzada para la toma de decisiones, siendo un marco que muestra la visión europea en el territorio y da continuidad a proyectos financiados con fondos europeos.
A nivel de la Unión Europea, el nuevo Reglamento del Espacio Europeo de Datos Sanitarios (European Health Data Space, EHDS) crea un marco legal para intercambiar y reutilizar datos de salud con garantías, desde la atención directa, es decir, el acceso transfronterizo a resúmenes clínicos y e‑recetas, hasta la investigación y la innovación.
Este entorno facilita que lo que funcione en una comunidad autónoma pueda escalarse y compartirse en Europa, respetando la privacidad y la seguridad.
Para entender el alcance de eHealth, conviene distinguir sus componentes:
Unifican la información del paciente y permiten el intercambio seguro entre niveles asistenciales y, cuando procede, entre países. Su diseño debe partir de estándares e incluir trazabilidad y control de accesos.
Se ofrece atención por videollamada, chat o monitorización remota, siendo clave en crónicos, salud mental, áreas rurales y continuidad asistencial tras el alta.
Facilitan citas, resultados, recordatorios, consentimiento informado y acceso a informes.
Prescripción electrónica, ayudas a la decisión clínica, imagen médica avanzada, farmacovigilancia y gestión de camas y quirófanos.
Estándares como HL7‑FHIR, terminologías clínicas, redes seguras, identidad digital y servicios de intercambio de datos del SNS y la Unión Europea.
Desde tableros operativos hasta modelos predictivos, con gobierno del dato, calidad, anonimización y evaluación de impacto.
Protección frente a amenazas, continuidad de negocio y cumplimiento normativo.
Los beneficios de la eHealth son los siguientes:
Las consultas a distancia y los portales de paciente reducen barreras geográficas y de tiempo, favoreciendo a población con movilidad reducida o en zonas rurales.
Integrar información en tiempo real disminuye duplicidades (analíticas y pruebas), así como evita errores por desinformación.
Los sistemas de prescripción electrónica con alertas de interacciones, alergias o dosis máximas ayudan a prevenir eventos adversos.
La ventanilla única digital reduce tareas administrativas y tiempos de espera, mientras que, la analítica apoya una planificación más fina de recursos.
Información clara, recordatorios y autocuidado generan mayor adherencia a tratamientos.
Con marcos como el EHDS, los datos secundarios (pseudonimizados) aceleran estudios, ensayos y evaluación de tecnologías sanitarias.
Las innovaciones en eHealth son las siguientes:
España consolida el intercambio nacional y se alinea con los servicios europeos de e‑receta y resumen clínico (p. ej., MyHealth@EU), reforzando estándares y seguridad.
Seguimiento en domicilio con sensores y apps que notifican descompensaciones tempranas en crónicos.
Triages, apoyo al diagnóstico por imagen y herramientas de lenguaje para resumir informes. Requiere evaluación, transparencia y registro de uso.
Detección temprana de brotes, vigilancia sindrómica y modelado de demanda.
Diseño accesible con lectores de pantalla y lectura fácil, así como multicanal y con consentimiento granular.
Arquitecturas Zero‑Trust, segmentación de redes clínicas y formación continua para prevenir incidentes.
Así pues, imagina una persona con EPOC en zona rural que, tras una exacerbación, recibe alta con un plan de telemonitorización.
Durante 8 semanas, envía saturación y síntomas mediante una app del SNS; si aparece una alerta, su enfermera de enlace contacta y ajusta tratamiento.
Los beneficios esperados son menos reingresos, autogestión y coordinación primaria‑hospital.
Si no hay cifra oficial en tu comunidad, usa como criterio la literatura internacional de telemonitorización en crónicos y los objetivos de la Estrategia de Salud Digital del SNS, evitando extrapolar porcentajes sin fuente directa.
Las buenas prácticas para implantar eHealth son las siguientes:
Define el problema y los resultados en salud (no la tecnología).
Evalúa el flujo de datos y la base legal, tal como finalidad, consentimiento, interés público, entre otros.
Selecciona estándares e integra con sistemas existentes.
Diseña con pacientes y profesionales con pruebas de usabilidad.
Prepara un plan de ciberseguridad y continuidad.
Mide impacto con indicadores clínicos, de experiencia y eficiencia.
El marco regulatorio y de gobernanza es el siguiente:
España: la Estrategia de Salud Digital del SNS fija prioridades comunes para todas las comunidades y un modelo de gobernanza para servicios compartidos como la HCE y la receta electrónica.
Unión Europea: el Reglamento del EHDS regula el uso primario (asistencia) y secundario (investigación, innovación y políticas) de los datos, crea espacios de acceso y refuerza derechos de las personas sobre su información de salud.
OMS: la estrategia mundial aporta principios y un marco para países y regiones, útil para alinear proyectos con estándares internacionales.
La eHealth no es una moda, sino que se trata de la base de un sistema sanitario más accesible, seguro y eficiente. Para España, consolidar servicios comunes del SNS, reforzar la interoperabilidad con Europa y profesionalizar la analítica clínica permitirá sostener la calidad asistencial y acelerar la innovación responsable.
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