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La ciencia es un campo de estudio extenso que requiere constantemente de profesionales para crear, diseñar e innovar dentro de todas las áreas que la conforman. Si interesan las investigaciones, la creación de hipótesis desde cero, los trabajos de campo y la experimentación en laboratorios, es necesario conocer qué se necesita para ser científico.
Las ciencias están llenas de cálculos matemáticos, física, química y otras áreas de aprendizaje. En realidad, es imposible no cruzarse con ellas a lo largo de la vida; por eso, todos poseemos conocimientos científicos aunque no siempre seamos conscientes de ello. Sin embargo, no todas las personas están dispuestas a desarrollarlos, de modo que, para quienes sí lo están, resulta útil conocer qué se necesita para ser científico, incluyendo los rasgos, la división de las ciencias, las áreas laborales y otros datos de interés.
Se puede definir al científico como un individuo que desarrolla nueva información acerca de un hecho específico mediante investigaciones y estudios pertinentes, destinados a aclarar datos desconocidos, resolver un problema o indagar en un fenómeno aún no explicado.
Los científicos son capaces de diseñar cuidadosamente sus investigaciones y darles seguimiento a través de experimentaciones que permiten alcanzar conclusiones a partir de los resultados obtenidos.
No todos los científicos alcanzan el éxito. Sin embargo, quienes lo logran suelen mantener ciertos rasgos que les permiten destacar en su área laboral. Las siguientes cualidades contribuyen a ello tanto en la carrera universitaria como en el ejercicio profesional:
Las ciencias se actualizan todos los días. La innovación no se detiene, y los científicos son responsables de ello. Un buen profesional se mantiene a la vanguardia, aprendiendo cada día de la disciplina que practica y de las demás que lo rodean. En definitiva, lo que se necesita para ser científico incluye nunca dejar de aprender y estudiar.
De los errores se aprende, y un investigador científico no escapa a esta afirmación. Aplica fórmulas en el laboratorio, utiliza métodos científicos, estrategias y otros estudios de campo que le permiten obtener datos relevantes (conocidos también como data science). En muchos casos es necesario asumir riesgos que conducen tanto a grandes descubrimientos como a callejones sin salida o a nuevas hipótesis que podrán ser tratadas en el futuro.
Un científico no siempre trabaja en solitario. En ocasiones, una investigación requiere la colaboración en equipo e incluso la creación de proyectos conjuntos con otros colegas. Esta dinámica permite la retroalimentación y el éxito de todos los participantes. No obstante, también es valioso emprender proyectos individuales que favorezcan la adquisición de nuevas técnicas o el conocimiento de otros campos. Así, lo importante no es solo saber qué se necesita para ser científico, sino también aprovechar lo que otros pueden aportar.
Al plantearse la interrogante «¿cómo trabajan los científicos?», surgen distintas respuestas. En realidad, consiste en un proceso organizado que incluye, básicamente, la selección de un problema o fenómeno de interés, la formulación de hipótesis, la observación del objeto de estudio, la estimación de variables, la experimentación para contrastar las hipótesis y, finalmente, el análisis y presentación de resultados.
Por lo tanto, al pensar en la labor de los científicos, la mayoría imagina a una persona con bata blanca dentro de un laboratorio. Sin embargo, en la práctica, su trabajo comprende múltiples actividades dirigidas a alcanzar los objetivos de cualquier investigación. Entre ellas destacan los siete pasos del método científico.
Las funciones de un científico varían según su nivel de experiencia, conocimiento y especialización. No obstante, existen algunas tareas generales que forman parte de su labor, como:
Diseñar, planificar y dirigir investigaciones mediante la aplicación del método científico, así como realizar indagaciones tanto básicas como aplicadas.
Repetir experimentaciones para registrar y salvaguardar los resultados obtenidos en cada variable comprobada o refutada.
Buscar la precisión de los resultados finales, considerando cuidadosamente el número de pruebas necesarias para alcanzar conclusiones rigurosas.
Realizar correctamente la toma de muestras y la recolección de datos en la experimentación, identificando los posibles factores que puedan distorsionar los resultados.
Utilizar estadísticas y valores numéricos para establecer metodologías específicas.
Emplear tecnología avanzada y sofisticada en sus investigaciones, como un microscopio electrónico para observar virus.
Cada día adquiere mayor relevancia la figura del investigador científico. En los últimos tiempos se ha incrementado la presencia de mujeres en este ámbito, lo que demuestra que no existe limitación de género para desarrollarse en la ciencia.
La lista de posibles carreras para quienes desean ser profesionales de la ciencia es amplia. A continuación, se señalan algunas de las más reconocidas, junto con otras que pueden resultar de interés:
Física o Química: pertenecen a las ciencias técnico-científicas y se especializan en las propiedades y transformaciones de los elementos, compuestos y materia. Abarcan desde lo más pequeño hasta lo más grande, con un enfoque tanto teórico (desarrollar estudios) como práctico (experimentar en laboratorios).
Biología: estudia los seres vivos, incluidos seres humanos, plantas, animales, bacterias y demás organismos. Analiza su origen, diversidad, evolución y relaciones con el entorno.
Ciencias computacionales: aunque no siempre se perciben como ciencia, lo son. El avance de las nuevas tecnologías requiere conocimientos en data science y en múltiples áreas relacionadas. Estas ciencias incluyen la informática, la inteligencia artificial y los sistemas empresariales, entre otros. Para ser científico en computación es indispensable dominar software, hardware y temas afines.
Otras ramas de estudio son:
Medicina y especialidades como bioquímica, genética, neurología, neurociencias y biotecnología.
Matemáticas y vertientes como biomatemáticas, estadística, matemáticas financieras y probabilidades.
Ingeniería, en áreas como informática, mecánica, electrónica, robótica y nanotecnología.
Tecnología, con campos como telecomunicaciones, ingeniería aeroespacial, genética, robótica, mecatrónica y nanotecnología.
Ciencias del espacio, como astronomía, ciencias universales, ingeniería aeroespacial y geología.
¿Qué sería del mundo sin las ciencias? En cualquier ámbito de la vida se encuentran prácticas científicas: en los métodos de aprendizaje infantil, en la medicina y la ingeniería, en las plantas y los seres vivos que habitan el planeta, en las galaxias, en las matemáticas y en numerosos objetos de uso cotidiano. De ahí la importancia del científico, pues sin su labor no existirían los conocimientos, la tecnología ni la innovación con los que hoy se cuenta.
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