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Un mapa conceptual es un diagrama que nos suministra información del tema del cual estemos interesados, a diferencia de un mapa mental que nos enseña imágenes para darnos una relación visual entre lo que estamos viendo y leyendo. En tanto, los mapas conceptuales se basan específicamente en la información que estamos dando, así que quédate con nosotros conociendo más sobre este tema y así ver sus beneficios mediante este post para entender en qué consiste un mapa conceptual.
Las imágenes de mapa conceptual ayudan en el entendimiento de un tema en específico, viendo las relaciones que hay entre las ideas y conceptos. Estas imágenes son realizadas generalmente representando las ideas en nodos que se estructuran jerárquicamente y son conectados a través de palabras o conectivos que hacen un enlace sobre las líneas explicando la relación entre ellas. Sigue con nosotros para saber más sobre cómo hacer un mapa conceptual.
El mapa conceptual consiste en hacer bosquejos que vinculan entre sí conceptos, añadiendo frases cortas y enlaces. Su utilidad radica, por ejemplo, en el mapa conceptual de un proyecto de vida, de investigación, social o de emprendimiento, para el análisis, estudio y exponer a un espectador con el propósito de facilitar su comprensión.
En la continua búsqueda por mejorar las estrategias de aprendizaje se incorpora el mapa conceptual de un proyecto, que busca simplificar y atenuar los conocimientos en los estudiantes, permitiéndoles sintetizar las conclusiones para profundizar la comprensión.
Su estructura es organizada, breve y sencilla; es un material de apoyo didáctico para presentar evaluaciones orales o proyectos. Existen muchas temáticas y áreas como financiera, de la administración, de gerencia, de software y tecnológica educativa. En todos los casos, los mapas conceptuales para exponer resultan adecuados y prácticos.
Van dentro de las figuras geométricas como el óvalo, la elipse, el rectángulo o el cuadrado.
Las palabras que van en los enlaces son aquellas que permiten conectar los conceptos que surgen del desarrollo del tema. Es un aspecto esencial para darle sentido lógico y fluidez a la lectura y organización de la información dentro del mapa.
En los enlaces van preposiciones, adverbios y conjunciones. Su ubicación va dentro de la estructura, en las flechas o líneas que enlazan los conceptos.
Cuando se habla de proposiciones se entiende como los enunciados que se basan en la cantidad de conocimiento que maneja el estudiante frente al tópico. En otras palabras, este elemento suma los conceptos que se van a abordar; pueden ser dos o más, todo depende del nivel de comprensión que se tenga del tema. Están conectados por las palabras enlace y se conocen como unidad semántica o una oración.
Las líneas determinan el flujo de datos y la unión de los conceptos en el mapa, siguiendo un orden específico y coherente. Los principales conectores son "y", "o" y "porque".
Denota el orden en el que deben aparecer los conceptos. En la parte superior inicia el mapa mental, y hacia abajo se ubican el resto de ideas por orden de importancia.
Se formulan preguntas que se orientan con respuestas breves para el desarrollo del tema y se responden con palabras en la parte inferior.
Se trata del proceso mental utilizado por cada individuo para entender la información que recibe. De esta manera se organiza el mapa conceptual y las proposiciones enlazadas por las palabras de enlace.
De estos elementos existen los simples y jerárquicos. Cumplen la finalidad de conectar los conceptos más importantes con los menos relevantes o específicos. Su dirección puede ser vertical, cruzada o lineal, y permite relacionar temas diferentes, lo cual lleva a una conclusión.
Los mapas conceptuales se recomiendan hacer de manera que, con tan solo una breve mirada, entendamos qué se quiere decir y también que los conceptos sean relevantes en el tema en cuestión. Como debe de ser un mapa conceptual, no existe una única manera para realizarlo, todo depende del tema a desarrollar, pero hay ciertas propiedades que los caracterizan:
Dependiendo del ámbito que se esté tratando, esta técnica puede aplicarse en filosofía, psicología, en contextos creativos, ideológicos, informativos o basados en alguna teoría. También se puede utilizar en áreas como química, salud, biología, física o ciencias sociales. Incluso un mapa conceptual puede llevar imágenes cuando se busca enriquecer la representación de un tema específico, como el universo, los humanos o el agua.
Puedes seguir los siguientes pasos para la realización de cualquiera de ellos:
La selección: Aquí es donde empezamos, mediante la decisión e investigación del tema que queremos abarcar. Se deben extraer los conceptos clave de manera simple, al igual que las ideas centrales.
La agrupación: Luego debemos organizar los conceptos de manera visual, formando conjuntos en donde algunos puedan repetirse.
Ordenar: Una vez hecho lo anterior, se establece una jerarquía en la que se ordenan los conceptos dentro de cada conjunto, desde el más general hasta el más específico.
Representación: Aquí decidiremos el diseño en el que encerraremos los conceptos, como óvalos, recuadros o nubes. Esto nos permite visualizar mejor las imágenes de mapa conceptual.
Conectar: En este paso se incorporan los conceptos mediante conexiones que pueden ser líneas, donde se escriben las palabras que enlazan los temas tratados.
Hacer comprobaciones: Debemos asegurarnos de que, al momento de interpretar el mensaje, la comunicación sea clara. Los enlaces deben leerse como proposiciones y se debe verificar que todo lo representado en las imágenes de mapa conceptual sea cierto.
Reflexión: Este es el paso final, en el que se observa el mapa conceptual elaborado. Aquí se replantea el conocimiento expresado y se pueden establecer distintas relaciones entre los conceptos.
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