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Las venas del brazo son como un mapa del cuerpo. Como sabes, las arterias y venas de nuestros brazos transportan sangre desde nuestro corazón a todas las partes de nuestro cuerpo. Entre ellas se encuentran algunas de las venas importantes del brazo que veremos a continuación.
Por una parte, las venas son delgadas y transportan sangre desde las manos, los pies, la cabeza y otras áreas de regreso al corazón. Por otra parte, las arterias son gruesas y llevan la sangre desde el corazón a todas las partes del cuerpo. Te contamos más en este post.
En esta representación se muestra la anatomía de las venas del brazo, donde se destacan las estructuras principales que permiten el retorno venoso.
Se le conoce también como vena mediana cubital.
En realidad, la enfermedad vascular del brazo es una afección que afecta los vasos sanguíneos del brazo.
De este modo, la condición puede afectar uno o ambos brazos, y puede ser una condición crónica o aguda.
No obstante, el primer paso para identificar tratamientos comunes para la enfermedad vascular del brazo es determinar qué tipo tiene. Hay tres tipos: claudicación intermitente, claudicación persistente e isquemia crítica de las extremidades (CLI).
Claudicación intermitente: la claudicación intermitente es un tipo de enfermedad vascular periférica en la que se experimenta dolor al caminar o hacer ejercicio. Es causada por la falta de flujo sanguíneo adecuado a los músculos, lo que puede deberse a un bloqueo en las arterias o a una mala circulación sanguínea.
Claudicación persistente: la claudicación persistente es un tipo de enfermedad vascular periférica, o PVD, en la que los músculos de las piernas se quedan sin sangre oxigenada debido a un flujo sanguíneo insuficiente. La condición es causada por obstrucciones en una de las arterias de la pierna, más comúnmente ubicada en la región pélvica.
Isquemia crítica de las extremidades: la isquemia crítica de las extremidades es una afección en la que se bloquea el flujo de sangre al pie y al tobillo, de modo que los tejidos no reciben suficiente oxígeno y no pueden funcionar con normalidad. Esto conduce a una reducción de la circulación, hinchazón, dolor y entumecimiento. Además de los tratamientos tradicionales como medicamentos y cirugía, las medidas de cuidado personal que se pueden tomar incluyen elevar la pierna por encima del nivel del corazón mientras se descansa.
Y es que, resulta que las venas del brazo son un problema común que afecta hasta al 80% de la población.
Por lo general, son causados por una combinación de factores, como la edad, la genética y el estilo de vida.
La enfermedad vascular del brazo también se conoce como fenómeno de Raynaud, acroparestesia y síndrome de Raynaud, condiciones en las que las manos frías son un síntoma característico.
En este contexto, podemos decir que las venas del brazo se producen cuando las válvulas de las venas no funcionan correctamente y la sangre no puede fluir de regreso al corazón.
De esta manera, la sangre se acumula en el brazo y puede causar hinchazón o dolor.
Además, esto puede provocar problemas más graves, como trombosis venosa profunda (TVP) o embolia pulmonar (EP).
En líneas generales, las venas varicosas son venas agrandadas y torcidas que se pueden encontrar en las piernas, la ingle o los brazos. En algunos casos se observan varices en los brazos, lo que puede dificultar el retorno venoso.
¿Sabías que el síntoma más común es una sensación de pesadez en la pierna?
Aunque hay una serie de otros síntomas que podrían indicar que una persona tiene venas varicosas. Estos incluyen:
Como sabes, las venas varicosas son un problema común para muchas personas.
Por lo general, se encuentran en las piernas y pueden causar dolor, hinchazón y picazón. Algunas personas pueden incluso experimentar manos venosas como signo de debilidad en la circulación.
Realmente, el tratamiento más común para las venas varicosas es inyectar una sustancia en la vena que hace que se encoja o colapse. Esto se llama escleroterapia.
Pero es cierto que hay otros tratamientos disponibles, incluida la cirugía, aunque son más invasivos y pueden implicar más riesgos que la escleroterapia.
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