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¿Has escuchado alguna vez hablar sobre la gestión de calidad? Seguramente que sí, y es que es un tema recurrente en foros, blogs y redes sociales. Los modelos de gestión de calidad se están erigiendo como un aspecto imprescindible, ¿pero en qué consiste exactamente?
Por otro lado, no existe un único modelo de gestión de calidad, sino que cada empresa tiene la capacidad de crear su propio modelo. La elección de una opción u otra se realiza en función de la personalidad, la cultura y los valores de la empresa u organización. Así, se definen distintos modelos y sistemas de calidad que pueden adaptarse a cada realidad empresarial.
Un modelo de gestión de calidad es un instrumento de autoevaluación que las empresas imponen para analizar detenida y objetivamente la calidad de los productos y servicios que ofrecen. ¿Cuál es el fin de esta herramienta? Detectar posibles fallos y errores, además de establecer objetivos de calidad acordes a sus necesidades.
Por otro lado, el buen modelo de gestión de calidad incluirá un plan con medidas correctivas que corrijan cualquier desviación. Al final, todo se desarrolla con la intención de mejorar la calidad del producto y, en consecuencia, aumentar su capacidad competitiva y su eficacia. Esto forma parte de una visión integral sobre la calidad en la gestión.
En el mundo empresarial, casi es obligatorio invertir en la creación de un modelo de gestión de calidad. Y es que se ha convertido en un instrumento de prevención ante posibles errores más que eficaz.
El concepto de gestión de calidad ha ido evolucionando a lo largo de la historia. Siempre se ha debatido si será algo pasajero o se internalizará en las organizaciones empresariales. Sin embargo, año tras año, la gestión de calidad se instaura como un tema que domina el panorama empresarial. Entender qué es la gestión de la calidad resulta clave para cualquier estrategia competitiva.
Al final, la gestión de calidad se puede explicar desde tres enfoques diferentes: el enfoque técnico, humano y estratégico. A continuación, vamos a ver en profundidad en qué consiste cada uno de estos enfoques:
Como llevamos diciendo a lo largo del artículo, las empresas se están viendo obligadas a alcanzar unos estándares de calidad para poder ser rentables económicamente. Es por ello que se hace tanto hincapié en los modelos de gestión de calidad, que forman parte de los diferentes sistemas de gestión de calidad adoptados por el mercado.
Con un modelo de gestión de calidad no solo se pueden alcanzar esos estándares de calidad de una forma más sencilla, sino que también se puede llegar a ese nivel de excelencia necesario para diferenciarse de la competencia.
En un mundo en el que los productos y servicios son muy parecidos, la excelencia es el factor que puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso. Implementar un buen modelo de gestión de calidad es el primer paso. Entre los modelos que existen de calidad en el servicio, se encuentran varios marcos con reconocimiento internacional.
En 1947 se creó la Organización Internacional para la Normalización, que se encargaba de crear e implantar una serie de normas a nivel mundial. ¿Qué tipo de normas? Las normas ISO, que conseguían globalizar y estandarizar la dinámica de la gestión de calidad. Antes se hacía a nivel nacional o incluso regional, pero ahora pasaban a existir unas normas mundiales para todo el mundo. Esta fue la primera gran metodología para implementar un sistema de gestión de calidad a escala global.
Este modelo se desarrolló en Japón por la JUSE (Unión Japonesa de Científicos e Ingenieros) y usaron las doctrinas de Deming. ¿Qué perseguían? Involucrar a todo el personal de una empresa para obtener resultados positivos. Además, este modelo tiene una clara orientación al cliente y antepone su satisfacción por encima de todo.
Los 10 criterios por los que se rige el modelo Deming son:
Este modelo está influenciado por el modelo japonés y su concepto de la gestión de la calidad total. De esta manera, el modelo Malcom Baldrige busca aumentar la competitividad de la empresa y llegar a la excelencia operativa.
¿Qué proponían? Marcar unas pautas claras en cuanto a fabricación, comercialización y distribución. De esta manera, al cumplir estas pautas se reconocía la calidad de los productos.
Este modelo surge en Europa con el fin de mejorar sus procesos de calidad. La idea del EFQM (European Foundation for Quality Management) es conseguir un nivel de excelencia operativa, con un claro enfoque en el cliente.
Este modelo tiene una clasificación en función del grado de cumplimiento de los requisitos. Una empresa tiene que cumplir con ciertas exigencias para obtener un nivel u otro dentro de la clasificación que presenta el modelo EFQM.
En 1999, este modelo llegó con el objetivo de unificar todos los modelos vigentes hasta el momento. Al final, no es otra cosa que estandarizar las cuestiones que guardan relación con la calidad para tener un modelo sólido que seguir.
Creado por Fundibeq, también cuenta con una serie de criterios o exigencias que una empresa debe cumplir. En función de ello, obtendrá una puntuación u otra.
En definitiva, todos los modelos de gestión de calidad tienen una clara orientación al cliente. Luchan porque al cliente le llegue un producto o servicio de calidad que satisfaga sus necesidades.
Estos son los beneficios de contar con un adecuado modelo de gestión de calidad:
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