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Los niños crecen y se desarrollan rápidamente durante sus primeros cinco años en las cuatro áreas principales del desarrollo. Estas áreas son la motriz (física), la de comunicación y lenguaje, la cognitiva y la social y emocional. En este artículo, nos centraremos en conocer qué es el desarrollo motriz del niño y, además, indagaremos en las etapas del desarrollo motriz y en las capacidades psicomotrices más importantes.
Si quieres conocer todos los detalles sobre el desarrollo psicomotor del bebé y hasta los primeros años de vida, te invitamos a seguir leyendo. ¡Descubre más sobre la psicomotricidad infantil!
El desarrollo motriz se refiere a la capacidad del individuo para realizar movimientos de manera coordinada y eficiente. Este proceso comienza desde el nacimiento y se extiende hasta la edad adulta, en el cual la complejidad de los movimientos y su precisión aumentan significativamente.
Dicho de otro modo, el desarrollo motriz de un niño/a -también conocido como desarrollo psicomotor- es el proceso natural por el que se adquieren habilidades de movimiento y control del cuerpo. Está formado por dos tipos de psicomotricidad:
La motricidad fina: implica movimientos más precisos, como coger objetos con los dedos, escribir o abotonar una camisa. Utiliza músculos pequeños, como los de las manos, las muñecas o los dedos.
Ten en cuenta que, aunque el desarrollo psicomotor o desarrollo motriz debe seguir unos patrones o estándares para considerarse dentro de "lo normal" y no hablar de un retraso psicomotor, el desarrollo de cada niño es único y puede presentar particularidades según sus capacidades psicomotrices.
Ahora ya sabes qué es el desarrollo motriz del niño y te hemos hablado de su definición, pero... ¿Por qué es tan importante en el desarrollo de un niño/a? A continuación, te hablamos de la importancia del desarrollo motriz.
Una buena coordinación motriz permite a los niños participar en actividades físicas, deportes y juegos, lo que les ayuda a desarrollar habilidades sociales y emocionales como el trabajo en equipo, la competencia amistosa, la resolución de conflictos y la autoconfianza. Favorece la autonomía del niño, permitiéndole interactuar de manera independiente con su entorno.
En la educación, el desarrollo motriz también juega un papel fundamental en el aprendizaje. Los niños y niñas que tienen un buen desarrollo motor pueden mantenerse enfocados durante más tiempo y realizar tareas más complejas con mayor facilidad.
Además, la coordinación y precisión motriz también son importantes en actividades como la escritura, el dibujo y la manipulación de objetos, que son habilidades fundamentales en el aprendizaje y el desarrollo cognitivo. Por último y en definitiva, el desarrollo psicomotor está muy vinculado con una salud integral del niño, pues se relaciona con el bienestar físico, cognitivo y emocional del pequeño/a.
Hay que destacar que el desarrollo motriz no se limita a la infancia. A medida que los individuos envejecen, el mantenimiento de una buena coordinación motriz es importante para mantener la independencia y la calidad de vida en la vejez. Por lo tanto, el desarrollo de habilidades motoras también puede ser beneficioso en adultos mayores, ya que puede prevenir lesiones y mejorar la movilidad.
El desarrollo motor en los niños es un proceso gradual que se extiende desde el nacimiento hasta la adolescencia. A lo largo de este proceso, los niños van adquiriendo habilidades y destrezas motoras que les permiten desplazarse, manipular objetos y realizar actividades cotidianas cada vez más complejas.
Para comprender mejor qué es el desarrollo motriz, debes saber que este se divide en diferentes fases. Así, hablamos de las etapas del desarrollo motriz del niño.
A continuación, se describen las principales fases del desarrollo motor infantil:
Fase de reflejos primitivos: Durante este período, los bebés desarrollan una serie de reflejos primitivos que les permiten sobrevivir.
Fase de control cefálico: A partir del tercer mes de vida, los bebés empiezan a controlar su cabeza y cuello.
Fase de control del tronco: A los 6 meses, los bebés pueden sentarse sin apoyo y mantenerse erguidos con la ayuda de una persona adulta.
Fase de gateo: Entre los 7 y los 10 meses, los bebés perfeccionan su técnica de gateo y comienzan a explorar su entorno de forma más autónoma.
Fase de bipedestación: Alrededor de los 12 meses, los bebés logran ponerse de pie y caminar sosteniéndose de los muebles o las paredes.
Fase de marcha: A partir de los 18 meses, los niños perfeccionan su técnica de caminar y comienzan a correr, saltar y trepar. También empiezan a manipular objetos con mayor precisión.
Entre los 2 y 7 años, los niños adquieren habilidades motoras fundamentales que les permiten realizar movimientos básicos que son esenciales para el desarrollo de habilidades más complejas.
A medida que los niños avanzan en esta fase, también adquieren habilidades motoras finas, como la capacidad de sostener un lápiz y dibujar formas simples, las cuales se desarrollan en la educación primaria. El desarrollo motor en esta etapa es crucial, ya que sienta las bases para el desarrollo de la parte motora y sus habilidades más complejas y habilidades deportivas en el futuro.
Los niños que no desarrollan estas habilidades básicas pueden tener dificultades para participar en actividades físicas más avanzadas en la escuela y en su vida diaria.
Aunque el desarrollo motriz de los niños suele seguir unos estándares, también es importante señalar que existen algunos factores de riesgo en el desarrollo motriz, es decir, factores que pueden poner en peligro el desarrollo típico del niño:
Algunos de los factores de riesgo más comunes son:
Como ves, en este sentido, podemos hablar de que los factores biológicos, ambientales y sociales pueden influir directamente en el correcto desarrollo motriz del niño/a. Además, debemos identificar que existen factores prenatales (antes del nacimiento), factores perinatales (durante el parto) y factores postnatales (después del nacimiento).
Los factores prenatales que pueden afectar negativamente la desarrollo psicomotor son:
Los factores perinatales más importantes son:
Por último, los factores postnatales que pueden afectar al área cognitiva del niño/a son:
Como hemos avanzado antes, no todos los niños/as presentan un mismo desarrollo motriz, por lo que las etapas del desarrollo motriz no son exactas en ningún caso. Teniendo esto en cuenta, sí debes prestar atención a algunos signos de alarma de un desarrollo psicomotor atípico con la finalidad de ponerles remedio lo antes posible.
La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria detalla que los signos de alerta son:
Retraso significativo en la aparición de adquisiciones del desarrollo global o de una parte específica.
Reflejos primitivos que no desaparecen con el tiempo. Por ejemplo, reflejos arcaicos.
Movimientos anómalos persistentes, como espasmos o rigidez muscular.
Regresión o pérdida de habilidades ya adquiridas.
La Asociación recuerda: "Un signo de alarma no presupone un problema, pero obliga a un examen y seguimiento".
En resumen, cualquier atraso de varios meses con respecto a los hitos del desarrollo según la edad cronológica pueden indicar signos de alarma. En este caso, recuerda consultar con el pediatra para que te asesore sobre tu caso, estudie la respuesta motora del pequeño e indique el hito del desarrollo psicomotor que debe cumplir.
Durante la adolescencia, el desarrollo motriz se caracteriza por un aumento significativo en la fuerza muscular y en la capacidad aeróbica. El crecimiento físico y el aumento de la masa muscular permiten a los adolescentes mejorar su desempeño en actividades que requieren fuerza y resistencia, como correr, saltar y lanzar.
Además de la mejora en la fuerza muscular, los adolescentes experimentan un refinamiento de las habilidades motoras finas y gruesas, lo que les permite realizar tareas más complejas con mayor precisión y coordinación. Por ejemplo, pueden mejorar en deportes como el baloncesto, el fútbol y el tenis, así como en actividades artísticas como la música y la danza.
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