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¿Cuál es la barrera natural de cuerpo? La respuesta es la piel, parte del sistema tegumentario. Integrando diferentes estructuras, este sistema permite mantener la integridad del organismo frente a elementos externos, que pueden implicar diferentes niveles de riesgo. Más allá del tacto, también cuenta con otras funciones como la elminación de compuestos metabólicos y la regulación térmica. En este post, te contamos más al respecto.

Se conoce como sistema tegumentario a los órganos que, en su conjunto, recubren el cuerpo y funcionan como una barrera frente al mundo externo. Está compuesto, sobre todo, por la piel, pero también por otras estructuras o glándulas, como las uñas y las glándulas sudoríparas, respectivamente. Entonces, ¿cuáles son sus funciones?
Ahora bien, la piel es el órgano más extenso del cuerpo y se presenta como el núcleo de este sistema. En sus diferentes capas, se alojan elementos de gran importancia como los queratinocitos, los folículos piolosos y células adiposas, por nombrar algunos casos. Tampoco puede dejar de mencionarse su función en la síntesis de la vitamina D tras la exposición a los rayos ultravioleta (UVB).
Veamos los componentes del sistema tegumentario en el siguiente cuadro:
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Componente |
Descripción |
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Piel |
Compuesta por capas tisulares. Actúa como barrera física e integradora. |
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Capas de la piel |
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Anexos cutáneos |
Se derivan de la piel los siguientes elementos:
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Todo lo anterior se puede apreciar visualmente en la siguiente imagen:

Se nombran, a continuación, las principales funciones del sistema tegumentario.
La función principal de la piel es proteger el cuerpo de lesiones y enfermedades. En términos simples, es una barrera física que evita que los microorganismos entren en el organismo y previene la pérdida excesiva de agua y otros líquidos. Además, contiene células inmunitarias que ayudan a combatir las infecciones.
La piel también contiene melanocitos, que producen melanina, un pigmento que protege a las personas de los rayos UV del sol y previene el cáncer de piel.
Esta es una función crítica del sistema tegumentario, que permite mantener la temperatura interna del cuerpo en un rango óptimo para el funcionamiento adecuado de los órganos y tejidos. La piel es un importante regulador térmico, ya que se encuentra en la interfaz entre el cuerpo y el ambiente externo.
Cuando la temperatura aumenta debido a factores como el ejercicio físico o las condiciones ambientales, los vasos sanguíneos se dilatan para permitir que la sangre fluya más cerca de la superficie de la piel.
Esto incrementa la pérdida de calor por radiación, convección y conducción. Además, las glándulas sudoríparas producen sudor que, al evaporarse, ayuda a disipar el calor y a reducir la temperatura corporal.
La piel es uno de los órganos excretores del cuerpo, lo que significa que ayuda a eliminar los desechos y las toxinas del organismo. Los principales productos de desecho que se eliminan a través de este medio son el sudor y las células muertas.
El sudor es producido por las glándulas sudoríparas, que se encuentran en todo el cuerpo. Contiene agua, sales y productos de desecho como urea y ácido úrico. Cuando se produce sudor, este arrastra los desechos de la sangre y los elimina a través de la piel. La eliminación de estos compuestos ayuda a mantener el equilibrio químico del cuerpo y a prevenir la acumulación de sustancias tóxicas.
Es importante tener en cuenta que, aunque la piel es un órgano excretor, no es el único. El hígado y los riñones también son órganos excretores fundamentales que contribuyen a la eliminación de desechos.
El pelo se encuentra en casi todas las partes del cuerpo humano y cumple diversas funciones, entre ellas:
Las uñas también forman parte del sistema tegumentario y desempeñan una función relevante. Al igual que el pelo, las uñas cumplen varias funciones, como:
Además de estas funciones, tanto el pelo como las uñas pueden proporcionar información sobre la salud general. Los cambios en la textura, el color o la apariencia del cabello y las uñas pueden ser un indicador de problemas de salud subyacentes, como deficiencias nutricionales, enfermedades de la piel o alteraciones endocrinas.
Las glándulas de la epidermis también son esenciales para el funcionamiento del sistema tegumentario. Las glándulas sebáceas producen sebo, un aceite que ayuda a mantener la piel hidratada y protegida.
Como su nombre indica, las glándulas sudoríparas producen sudor, que contribuye a regular la temperatura y a eliminar los desechos. Las glándulas apocrinas también secretan sudor, pero su función principal es la liberación de feromonas, que desempeñan un papel en la comunicación interpersonal.
A pesar de su importancia, el sistema tegumentario es propenso a diversas enfermedades y afecciones. Algunas de las más comunes incluyen el acné, la dermatitis, la psoriasis y el cáncer de piel.
La prevención y el tratamiento adecuados de estas enfermedades son fundamentales para mantener la salud del sistema tegumentario.
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