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El reglamento escolar es un instrumento de gestión y convivencia que establece derechos, deberes y procedimientos para toda la comunidad educativa.
De esta forma, en México, este debe ser coherente con la Ley General de Educación y con la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, protegiendo el derecho a aprender, previniendo la violencia y estandarizando procesos de evaluación y disciplina.
Un reglamento escolar bien diseñado, alinea prácticas cotidianas con el marco legal vigente y crea certidumbre, en vista de que expone qué está permitido, cómo se resuelven conflictos y qué garantías tienen estudiantes, docentes y familias.
Algunos de los objetivos del reglamento escolar son los siguientes:
Esta normativa de convivencia escolar debe promover relaciones respetuosas y seguras. Para ello, incorpora principios de la Política Nacional de Convivencia Escolar y protocolos de actuación frente a situaciones de riesgo, tales como acoso, violencia y abuso.
Así pues, se alinea con la Política Nacional de Convivencia Escolar emitida por la autoridad educativa federal.
Un reglamento escolar claro especifica derechos como el acceso a educación sin discriminación, al igual que, evaluación transparente y obligaciones de asistencia y cuidado de instalaciones.
Este debe armonizarse con la Ley General de Educación, con competencias y organización del servicio y con la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (LGDNNA), que tiene un interés superior de la niñez y las medidas de protección.
Las normas definen límites y consecuencias proporcionales, con enfoque educativo y restaurativo.
En la práctica, el reglamento establece rutas de prevención, detección y actuación, tales como, por ejemplo, las Orientaciones de la SEP para abuso sexual infantil, acoso escolar y maltrato, que muchas escuelas adoptan como protocolo base.
Un documento completo suele agrupar capítulos y anexos con un lenguaje claro, accesible y sin contradicciones con la normativa.
Los componentes habituales de un reglamento escolar son las siguientes:
Principios y reglas aplicables dentro y fuera del aula, tales como recreos, actividades extracurriculares y uso de dispositivos.
Deben vincularse con la Política de Convivencia y describir medidas preventivas, mediación, comunicación con familias y rutas de apoyo socioemocional.
Por ejemplo, el uso de dispositivos móviles en clase se limita a actividades pedagógicas, fuera de estas, deberán permanecer en modo silencioso. Ante el empleo inadecuado, se aplicará una medida restaurativa, tal como apoyo en un taller de ciudadanía digital, así como se notificará a la familia.
Los derechos de los estudiantes se incluye la no discriminación, trato digno, accesibilidad, ajustes razonables y evaluación justa.
En vista de que, la LGE y la LGDNNA son la base jurídica, el reglamento escolar en México debe citar estas referencias y explicar su aplicación local con tutores, equipos de apoyo, procedimiento de quejas y recursos.
Toda evaluación deberá informar criterios y ponderaciones con 5 días hábiles de anticipación. El estudiante tiene derecho a solicitar revisión dentro de los 3 días siguientes a la publicación del resultado, con registro en acta y respuesta escrita.
En cuanto a cuál es la función de un reglamento escolar, una de las principales es determinar cuáles son las obligaciones de los estudiantes, tales como ****asistencia, puntualidad, uso responsable de materiales y redes, respeto a personal y compañeros, además de cuidado de bienes comunes.
Deben definirse consecuencias graduales, enfoque restaurativo, registro documental y derecho de audiencia.
La inasistencia injustificada por 3 días consecutivos amerita entrevista con tutor y plan de acompañamiento, de manera que, si persiste, se activa el protocolo de seguimiento a la trayectoria.
Evitar disposiciones discriminatorias. Cualquier medida debe respetar dignidad, identidad y salud. Si se establecen uniformes, es posible, aclarar opciones, excepciones justificadas y tiempos de transición.
Se admite pantalón o falda indistintamente. Por salud o clima, podrá usarse suéter o chamarra sin logotipos comerciales. No se condicionará el acceso a clase por incumplimientos leves, sino que, se privilegiará el diálogo y la regularización gradual.
Es preciso un calendario de evaluaciones, criterios, ponderaciones, estrategias de recuperación y mecanismos de aclaración de calificaciones.
De tal forma, hay que señalar qué evidencias se resguardan, cómo se informan resultados y qué plazos aplican para revisiones. Para evitar confusiones, el reglamento escolar debe anexar formatos modelo, tales como planillas, rubricas, constancias de revisión, así como prever ajustes razonables para estudiantes con necesidades específicas.
Así pues, en caso de que haya ausencia justificada durante un examen, se programará evaluación de reposición dentro de los 5 días hábiles siguientes. La reposición tendrá la misma ponderación que la prueba original y se documentará en acta.
Advertencias, compromisos de convivencia, tareas restaurativas, suspensión temporal de actividades no esenciales, y, en casos graves, remisión a autoridad competente, siempre salvaguardando el interés superior de la niñez.
De igual manera, están prohibidas las sanciones humillantes o violentas. Debe preverse el acompañamiento psicoeducativo y la notificación oportuna a familias.
Ante una agresión, se activará el protocolo de atención con medidas inmediatas de protección a la víctima, intervención con el agresor, aviso a familias y seguimiento. Se priorizarán medidas restaurativas y, de ameritarlo, notificación a autoridades externas conforme a la LGDNNA.
Definir roles del Consejo Escolar de Participación Social, comités de convivencia, canales de comunicación y plazos de respuesta.
Un reglamento moderno incluye formatos de acuerdos y reuniones, además de lineamientos de uso responsable de mensajería y redes por parte de adultos.
De tal manera, la escuela publicará un calendario de reuniones trimestrales con orden del día y minuta, mientras que, las solicitudes de entrevista se atenderán en un máximo de 5 días hábiles.
Hay que especificar la versión del documento, fecha de aprobación por el Consejo Técnico Escolar y mecanismos de consulta pública, tales como tablero, web y circular. Recomendar una revisión anual para incorporar cambios normativos o aprendizajes de la comunidad con una consulta profesional cuando la autoridad estatal emita lineamientos propios.
Los beneficios del reglamento escolar son los siguientes:
Todos conocen expectativas y procesos, lo que reduce la discrecionalidad y fortalece la confianza.
Uno de los beneficios de tener un reglamento escolar es que, al contar con procedimientos estandarizados, tales como mediación, actas y planes de reparación, se atienden incidentes sin improvisación.
Un reglamento escolar con enfoque formativo enseña a deliberar, tomar decisiones y asumir consecuencias, lo cual son competencias clave para la vida.
Con relación a cuáles son los beneficios de un reglamento escolar, este define canales oficiales, horarios de atención, tiempos de respuesta y resguardo de datos personales; de esta manera, se evitan rumores y duplica la información ordenadamente.
Así pues, si estás por redactar o actualizar tu documento, revisa primero la LGE y la LGDNNA, que constituyen el marco de referencia, así como puedes articular la Política de Convivencia y adoptar protocolos como las Orientaciones ASIAEM de la SEP para actuación ante riesgos.
El reglamento escolar convierte los principios legales en prácticas diarias y medibles, siendo conveniente que su elaboración sea participativa, así como tenga una actualización anual y difusión clara de formas impresa y digital.
Para acelerar la implementación con un enfoque práctico, te puede ayudar el Diplomado en Convivencia Escolar y Aprendizaje Socioemocional, con estrategias de gestión de normas, mediación y planes restaurativos, aplicables a centros de México.
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