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La Guía 34 del Ministerio de Educación Nacional de Colombia es un documento oficial publicado originalmente en 2008 que orienta a las instituciones educativas en el ciclo completo de mejoramiento institucional. Esta comprende desde la autoevaluación hasta la formulación y seguimiento de planes de mejora con el objetivo de garantizar una educación de calidad y pertinente para todos los estudiantes.
Su enfoque está alineado con las políticas de descentralización educativa establecidas a partir de la Constitución de 1991 y se fundamenta en principios de gestión de calidad comparables con estándares internacionales como ISO 21001 de gestión de organizaciones educativas.
Adoptar la Guía 34 es crucial porque proporciona un marco estandarizado y verificable que permite a las instituciones:
Realizar diagnósticos internos basados en evidencias, alineados con los indicadores de calidad del Ministerio.
Elaborar planes de mejoramiento ajustados a su contexto territorial y socioeconómico.
Dar seguimiento y rendir cuentas sobre resultados académicos, climáticos y de gestión administrativa.
Vincular a la comunidad educativa, tales como directivos, docentes, familias y autoridades locales en todas las etapas del ciclo de calidad.
Un análisis longitudinal del Observatorio de la Universidad de los Andes mostró que colegios que aplican la Guía 34 de forma sistemática redujeron sus brechas de rendimiento en Pruebas Saber 11 en al menos un 12 % entre 2016 y 2023, especialmente en áreas rurales con alta dispersión geográfica.
Asimismo, la Secretaría de Educación de Bogotá la emplea como criterio obligatorio en sus procesos de supervisión y acompañamiento institucional, generando sinergias con su propio sistema de gestión de calidad.
Más allá de Colombia, la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) ha referenciado la Guía 34 como ejemplo de buena práctica para el fortalecimiento de sistemas de aseguramiento de la calidad en Centroamérica, debido a su equilibrio entre autonomía escolar y estándares nacionales.
Los objetivos de la Guía 34 son los siguientes:
Institucionalizar la cultura de autoevaluación y mejora continua.
Definir estándares mínimos de calidad en gestión directiva, académica, administrativa y comunitaria.
Promover planes de mejoramiento sostenibles que trasciendan los cambios de administración.
Fomentar la inclusión y la equidad mediante indicadores de acceso, permanencia y resultados académicos.
Conectar los resultados institucionales con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en especial el ODS 4 (Educación de calidad), mediante la generación de indicadores comparables a nivel global.
Además, con relación a qué dice la Guía 34, delimita responsabilidades para secretarías de educación, instancias de gobierno escolar y equipos de calidad, ofreciendo formatos unificados de recolección de datos que facilitan la interoperabilidad con sistemas como el SINEB (Sistema Nacional de Información de la Educación Básica) y con tableros de analítica educativa basados en Power BI.
Con relación a qué contiene la Guía 34, el documento se organiza en 3 etapas principales:
Etapa |
Propósito principal |
Instrumentos sugeridos |
Autoevaluación institucional |
Recoger evidencias sobre el estado actual de las áreas de gestión usando criterios de inclusión. |
Rúbricas de evaluación por procesos, encuestas, matrices de valoración, focus groups (grupos focales) con estudiantes. |
Elaboración del Plan de Mejoramiento (PMI) |
Traducir hallazgos en objetivos, metas, indicadores, actividades y cronogramas. |
Formatos de PMI, cuadro de metas SMART (específicas, medibles, alcanzables, relevantes y con tiempo definido), presupuestos detallados, asignación de responsables. |
Seguimiento y evaluación |
Verificar cumplimiento de metas y retroalimentar prácticas. |
Tableros de indicadores, reuniones semestrales de evaluación, informes al Consejo Directivo, plan de comunicaciones. |
Cada etapa de la Guía 34 de mejoramiento institucional incluye anexos con ejemplos de matrices, glosarios y rutas para la divulgación del plan de mejoramiento.
Asimismo, destacan los cuadros que describen características de establecimientos en proceso de mejora y perfiles de los rectores líderes, al igual que, lineamientos para integrar componentes de inclusión y participación comunitaria.
Para que la adopción de la Guía 34 sea exitosa, se recomienda un proceso iterativo en 5 pasos:
Capacitar a directivos y docentes sobre los alcances de la guía mediante micro-talleres y círculos de lectura.
Se sugiere combinar capacitaciones presenciales con cursos virtuales auto-contenidos y MOOC (cursos masivos abiertos en línea) para contextualizar la herramienta en escenarios globales.
Es recomendable integrar representantes de todas las áreas, tales como académica, administrativa y comunitaria, así como asignar roles claros de líder de autoevaluación, coordinador de datos y enlace con la Secretaría de Educación.
Documentar el organigrama y el perfil de cada miembro, con especial atención a la rotación y transferencia de conocimiento.
Recoger evidencia cuantitativa (resultados Saber, tasas de deserción, indicadores de primera infancia) y cualitativa (entrevistas, encuestas de clima escolar) respetando los criterios de inclusión señalados en la guía.
Una buena práctica consiste en triangular fuentes internas con benchmarks (referencias comparativas) internacionales como PISA para identificar brechas globales.
Establecer metas SMART priorizando áreas con mayor brecha, tales como, por ejemplo: “Incrementar en 10 % el promedio de lectura crítica en grado 5.º en un año” o “Reducir la deserción intra-anual de 6 % a 3 % en 3 periodos académicos”.
Alinear cada meta con un indicador ODS y definir recursos financieros, logísticos y humanos necesarios.
Implementar tableros de control en línea y reuniones bimestrales con reporte público. Publicar resúmenes en la web institucional y redes sociales para fortalecer la transparencia y la rendición de cuentas.
Analizar la data en ciclos ágiles Plan-Do-Check-Act (planificar-hacer-verificar-actuar) y alimentar la siguiente autoevaluación.
Varios departamentos, como Antioquia y Valle del Cauca, han integrado estos pasos en plataformas digitales que interoperan con el Sistema Maestro y el aplicativo SIMAT, agilizando la carga de datos y la generación de reportes.
Los componentes de la Guía 34 son mucho más que un material de consulta, puesto que, estos se tratan de un marco de gestión de calidad que fortalece la autonomía institucional y promueve resultados medibles.
Así pues, su aplicación rigurosa permite que las instituciones identifiquen fortalezas y áreas de oportunidad con evidencia; alineen sus planes de mejoramiento con estándares globales y prioridades nacionales; rindan cuentas de forma transparente ante la comunidad y los entes de control, al igual que, conecten su desempeño con la Agenda 2030 y el ODS 4, facilitando la cooperación internacional.
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