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Una condición muy común en los perros es la atopia canina o dermatitis atópica canina (DAC). Esta afección, de naturaleza alérgica, impacta significativamente en la piel de estos mamíferos y se presenta como uno de los casos más abordaros en los servicios de atención veterinaria. En este texto, se abordan distintas formas de dermatitis, los síntomas y tratamiento de la DAC, así como las posibles complicaciones si no se maneja adecuadamente.
La atopia canina, también conocida como dermatitis atópica canina (DAC), es una enfermedad de origen alérgico que afecta la piel de los perros, definida como una respuesta del sistema inmunológico ante alérgenos ambientales comunes como polen, ácaros del polvo, moho y caspa de otros animales. Esta reacción es una de las formas más frecuentes de dermatitis en perros y suele manifestarse entre los 6 meses y los 3 años de edad, aunque puede aparecer en cualquier etapa de la vida del animal.
Asimismo, la predisposición genética juega un papel importante en el desarrollo de la DAC, por lo que es más común en ciertas razas como el labrador retriever, el golden retriever, el bulldog francés y el west highland white terrier, entre otras. Por su parte, la atopia canina puede ser difícil de controlar y, en muchos casos, requiere un manejo a largo plazo para mantener la calidad de vida del perro afectado.
La dermatitis por contacto es una reacción cutánea causada por la exposición directa de la piel del perro a sustancias irritantes presentes en su entorno, como productos químicos, plantas o materiales sintéticos. Se manifiesta con signos clínicos como enrojecimiento, picazón, inflamación y pérdida de pelo en las áreas de contacto.
Esta dermatitis se produce cuando el perro se lame compulsivamente una zona específica del cuerpo, generalmente las extremidades, provocando inflamación, enrojecimiento y pérdida de pelo. El lamido excesivo puede ser resultado de alergias, dolor o estrés.
La dermatitis por alergia alimentaria es una reacción alérgica a ciertos ingredientes presentes en la dieta del perro, como proteínas de origen animal o cereales. Los alérgenos alimentarios pueden causar síntomas cutáneos, como picazón, enrojecimiento e inflamación, así como trastornos digestivos.
Esta dermatitis es una reacción alérgica a la saliva de las pulgas cuando estas pican al perro. Los síntomas típicos incluyen picazón intensa, enrojecimiento, costras y pérdida de pelo, especialmente en la región lumbar y la base de la cola.
La dermatitis por ácaros es causada por la infestación de ácaros microscópicos en la piel del perro, como los que provocan la sarna. Los síntomas pueden variar según el tipo de ácaro, pero suelen incluir picazón, enrojecimiento, inflamación y pérdida de pelo.
Esta dermatitis es resultado de una infección fúngica en la piel del perro, como la causada por Malassezia o Microsporum. Los síntomas incluyen descamación, enrojecimiento, pérdida de pelo y, en ocasiones, mal olor.
Esta dermatitis se produce cuando ciertos insectos –como mosquitos– pican al perro, lo que causa una reacción alérgica a su saliva. Los síntomas son similares a los provocados por las dermatitis antes mencionadas.
Los síntomas más comunes de la dermatitis atópica canina incluyen:
picazón intensa y persistente
enrojecimiento e inflamación de la piel
lesiones cutáneas, como costras, erosiones y úlceras
pérdida de pelo
engrosamiento y oscurecimiento de la piel en áreas afectadas
mal olor y secreción en la piel debido a infecciones secundarias
El diagnóstico de la dermatitis atópica canina se basa en la historia clínica del perro, los síntomas presentes y la exclusión de otras causas de dermatitis. El veterinario puede realizar pruebas cutáneas o de sangre para identificar los alérgenos específicos.
El tratamiento de la dermatitis atópica canina puede incluir medidas para reducir la exposición a alérgenos, medicamentos antiinflamatorios y antihistamínicos, inmunoterapia alérgeno-específica y terapias tópicas para aliviar los síntomas. También es fundamental tratar y prevenir infecciones secundarias. Algunos perros pueden beneficiarse de la suplementación con ácidos grasos esenciales, que ayudan a mantener la barrera cutánea.
Si la dermatitis atópica canina no se trata adecuadamente, pueden surgir complicaciones como:
infecciones secundarias de la piel y las orejas, causadas por bacterias
autolesiones y dolor debido al rascado y lamidos constantes
cambios crónicos y permanentes en la piel, como engrosamiento y pigmentación
disminución de la calidad de vida del perro y estrés para el propietario
La detección temprana y el tratamiento adecuado son claves para controlar la dermatitis atópica canina y minimizar las complicaciones asociadas. Los factores ambientales también deben ser controlados para mejorar la calidad de vida de los perros afectados.
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