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Estrenada en 2016, Animales Nocturnos (Nocturnal Animals en su título original) es una de esas películas que se quedan grabadas en la retina, debido a que, combina estética sofisticada, narración entrelazada y actuaciones memorables para explorar la fragilidad de las relaciones y el precio de la culpa.
Así pues, se trata de un thriller psicológico alabado en festivales desde Venecia hasta Toronto, así como ha sido proyectado posteriormente en salas de todo el mundo, siendo una cinta que mezcla de manera magistral del glamour del arte contemporáneo y la crudeza de un “western” moral, logrando un equilibrio raro entre sofisticación visual y brutalidad emocional.
El responsable de la visión global de Animales Nocturnos es Tom Ford, diseñador de moda y cineasta texano.
Tras su debut con A Single Man (2009), el director de Animales Nocturnos, reafirmó su estilo: encuadres meticulosos y paletas cromáticas deliberadas.
En esta segunda incursión, Ford dirigió, coprodujo y moldeó cada capa estética, demostrando que su sensibilidad visual trasciende las pasarelas.
Para Animales Nocturnos trabajó nuevamente con el cinefotógrafo Seamus McGarvey, rodó muchas escenas con luz natural del amanecer o atardecer y colaboró estrechamente con la diseñadora de producción Sarah Greenwood y la vestuarista Arianne Phillips para que cada objeto (desde un vestido de lentejuelas hasta un letrero oxidado), reforzara el subtexto dramático.
Asimismo, al situar la trama “real” en galerías luminosas y la ficticia en carreteras desiertas, Tom Ford comenta la distancia entre la vida cómoda de la élite urbana y la violencia que a menudo se invisibiliza, conexión que capturó públicos de varios continentes.
El guion está firmado por Tom Ford, quien adaptó la novela Tony and Susan (1993) del escritor Austin Wright.
En este sentido, la adaptación condensa la estructura del libro, que es una narración dentro de otra y subraya el paralelismo entre ficción literaria y vida de los protagonistas.
Ford reestructuró la cronología, así como optó por montaje paralelo y cross-cutting para enfatizar la reacción inmediata de Susan a cada pasaje violento del manuscrito.
Este recurso, junto con la música minimalista de Abel Korzeniowski, intensifica la ansiedad del espectador.
El argumento de Animales Nocturnos sigue a Susan Morrow (Amy Adams), galerista atrapada en un matrimonio aparentemente perfecto, pero vacío.
Una noche, esta mujer recibe una novela enviada por su exesposo, Edward Sheffield (Jake Gyllenhaal). Se trata de un libro, dedicado a ella, que narra la odisea de Tony Hastings, profesor cuya familia es atacada en una carretera tejana.
A medida que Susan lee, las escenas cobran vida en pantalla, entrelazándose con recuerdos de su relación pasada y con su presente.
De esta manera, el texto literario se convierte en una metáfora de remordimiento y venganza que obliga a Susan a enfrentarse a decisiones que la llevaron a su actual desolación.
En lo que respecta a la narrativa de esta película, se articula en 3 tiempos: el pasado romántico, el presente minimalista y la ficción violenta.
Además, se usan cambios de color, es decir, tonos fríos para la vida de Susan, ocres para la novela y saturaciones verdosas en los flashbacks, de forma que, el montaje crea un espejo emocional.
Por su parte, los límites entre fantasía y realidad se desdibujan conforme la lectura avanza, planteando al público la incómoda pregunta de hasta qué punto somos responsables de las historias que inspiramos.
El filme se clasifica como thriller psicológico neo-noir con elementos de drama y suspense. Este tiene una estética clara-oscura, paisajes áridos y temas de violencia moral que lo sitúan en la tradición del noir moderno.
Sin embargo, a diferencia de los thrillers convencionales, Ford enfatiza introspección y subtexto, de modo que, la pulcritud de las galerías contrasta con la crudeza de la carretera nocturna, subrayando la dualidad arte-barbarie.
Asimismo, la obra ha sido descrita como un cruce entre el suspense de Alfred Hitchcock y el romanticismo oscuro de David Lynch, sin renunciar al refinamiento visual heredado de la fotografía de moda.
La fusión de estos elementos da como resultado una inquietud elegante que envuelve al espectador en una atmósfera de belleza venenosa.
Los actores de Animales Nocturnos son los siguientes:
De igual manera, en este filme hay apariciones de Laura Linney, Andrea Riseborough y Karl Glusman.
Es importancia mencionar el hecho de que este elenco de Animales Nocturnos se preparó a fondo, puesto que, Taylor-Johnson pasó días aislado en el desierto de Mojave para construir la psicología de Ray Marcus; Michael Shannon visitó precintos texanos, y Amy Adams practicó pintura al óleo para transmitir la represión emocional de una curadora exitosa, pero insatisfecha.
Desde su estreno en la 73.ª Mostra de Venecia, en la que obtuvo el Gran Premio del Jurado, esta cinta cosechó reconocimientos:
Además, figuró en las listas anuales de Sight & Sound y Cahiers du Cinéma, mientras que, a nivel comercial, recuperó su presupuesto de 22 millones de dólares y superó los 32 millones en taquilla global, una cifra notable para un thriller adulto sin franquicia.
El éxito reforzó la tendencia de festivales prestigiosos a respaldar propuestas de autor que combinan riesgo formal y accesibilidad temática.
Animales Nocturnos se consolidó como una película de culto por su fusión de forma y contenido. Esta tiene capas narrativas que invitan a debatir sobre traición, arte y redención, mientras que, la puesta en escena demuestra que el cine contemporáneo aún sorprende con riesgo estético.
Así pues, esta producción cinematográfica puede considerarse una fábula vengativa, comentario meta-literario o estudio de personaje, siendo una cinta que recompensa revisiones, tales como símbolos sutiles entre los que merece la pena destacarse la estatua danzante del inicio y la pistola cromada que nunca se dispara, que enriquecen cada nueva mirada a este filme.
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