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Cuando una persona es contratada por una empresa en un puesto de trabajo en el cual puede tener acceso a información sensible y confidencial de la misma, puede que un requisito indispensable para trabajar en ella sea la firma de una cláusula de confidencialidad y secreto profesional. ¿Pero de qué trata
Es un apartado dentro de un contrato que establece un compromiso entre las partes para proteger y no divulgar cierta información sensible, privada o confidencial a la que puedan tener acceso como parte de su relación contractual.
Estas cláusulas son comunes en acuerdos comerciales, laborales y colaborativos, y están diseñadas para salvaguardar secretos comerciales, datos personales o información estratégica de una empresa o individuo.
Dentro de las cláusulas incluiremos:
Si un trabajador ya ha salido de la empresa, ¿puede estar aún obligado a cumplir la cláusula de confidencialidad?
La duración puede ser indefinido o limitado a un tiempo específico después de finalizada la relación contractual.
Su regulación la encontraremos en la Ley 1/2019, de 20 de febrero, de Secretos Empresariales.
También el Estatuto de los Trabajadores en su art. 5 establece como un deber básico de los trabajadores “Cumplir con las obligaciones concretas de su puesto de trabajo, de conformidad con las reglas de la buena fe y diligencia”, con lo cual, entendemos como tal, la obligación de confidencialidad del trabajador en su entorno de trabajo.
En las contrataciones realizadas por la empresa con los perfiles de alta dirección y mandos intermedios.
El secreto profesional es una obligación ética y legal que tienen ciertos profesionales de “no divulgar información confidencial que hayan obtenido en el ejercicio de su profesión”.
Este deber protege la privacidad y confianza de los clientes, pacientes o usuarios, y está regulado por códigos deontológicos, leyes específicas y normativas aplicables a cada ámbito profesional.
Médicos, Abogados, Periodistas, Psicólogos, Enfermeros, Fisioterapeutas...
No, pues el secreto profesional es más estricto y está intrínsecamente ligado a ciertas profesiones, mientras que la confidencialidad puede surgir en cualquier relación donde las partes acuerden mantener en privado cierta información.
Una cláusula de confidencialidad es un acuerdo entre las partes, mientras que el secreto profesional es una obligación inherente a ciertas profesiones.
El secreto profesional tiene un fuerte respaldo ético y legal que no depende de acuerdos privados, mientras que la cláusula de confidencialidad requiere de un contrato para establecerse.
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Pilar Plaza Órpez
DOCENTE DE LA FACULTAD DE RECURSOS HUMANOS
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