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Los humanos buscamos entender el origen de nuestra existencia; ante las constantes negativas del universo, que suele ser hermético y aparentemente ajeno a lo que nos ocurre, nos preocupamos un tanto más por encontrar un propósito, dotar de sentido a nuestro día a día. Hay herramientas, maneras, de acercarnos a él mediante las relaciones invisibles que sostenemos con el cosmos. Una de ellas son los registros akáshicos, los cuales buscan profundizar en las respuestas con base en lo espiritual con el objetivo de la sanación interior, el crecimiento individual y el aprovechamiento de la vida. En lo que sigue, te contamos más al respecto.
Los registros akáshicos son una corriente espiritual que parece provenir del hinduismo, a través de la cual se piensa que la información de todo lo que ha ocurrido en el pasado, lo que está pasando ahora mismo o el futuro en todo el universo, está concentrada en una atmósfera que se conoce como el Akash, que vendría a ser un equivalente al cielo cristiano. El Akasha sería el lugar en el cual se almacena esa información, como una especie de biblioteca donde encontrar los registros akáshicos y consultar su contenido. Grabados para siempre en este espacio —para nada comprensible con astronomía convencionales—, este sentido del universo no es teórico, sino espiritual. Este concepto está estrechamente relacionado con la ley de Akasha, base filosófica que da sentido a esta visión trascendental del conocimiento universal.
Los registros akáshicos se utilizan para indagar en los siguientes aspectos de la vida de una persona:
A través de esta energía se puede acceder a la memoria guardada en el universo. Por tanto, a esta misma se le pueden hacer preguntas para los registros akáshicos cuya respuesta contiene el fin de la propia existencia. Para poder acceder a leer estos registros, el ser humano debe estar conectado con su propio ser superior. Gracias a esto, podrá encontrar las respuestas e incluso sanar el alma. Para llegar a conectar con esta parte superior del individuo, primero hay que comprender que la persona en sí misma es mucho más grande que todo el entorno que la rodea. Hablamos de la experiencia, de la mente o de la historia en general. Este ser divino que nace de cada persona es superior a la propia, y por ello tiene una conexión directa con el centro de toda información. Así es como se abren los registros akáshicos, mediante una conexión profunda y espiritual.
No existe una limitación para poder cambiar la forma en que se ven las cosas. Ante las adversidades o el desconocimiento, los registros akáshicos permiten a la persona liberarse de cualquier impedimento a la hora de buscar respuestas. Sin embargo, es necesario liberarse de cualquier presión en forma de ansiedad o preocupación que pueda bloquear la mente. Para poder leer y formar parte de estos registros, no viene mal realizar una astronomía espiritual que ayude a la introspección. En este contexto, la terapia de registros akáshicos puede ser una vía complementaria para guiar ese proceso.
El Akash puede definirse como esa atmósfera en la cual se almacena toda la información que proviene de cada animal, planta, persona o elemento de la naturaleza. Cada uno de ellos cuenta con su propio registro akáshico. Por tanto, dentro del Akasha pueden unificarse los cuatro elementos del hinduismo: el fuego, la tierra, el agua y el aire. Todo puede controlarse y a todo se puede acceder mediante la biblioteca que sería el Akash.
Mediante el acceso a estos conocimientos, el ser busca su propio desarrollo personal, gracias a la información que ofrecen y que dan respuesta a las preguntas más complejas de la existencia. Una vez se comprenda el porqué de esta, será más sencillo evolucionar y entender mejor el papel propio en la vida. Eso sirve tanto para sanarse a uno mismo como para contribuir a mejorar al resto de la sociedad, cuidar sus males, evitar que aparezcan y mostrar el camino hacia el saber que ofrecen los registros akáshicos. Aquí es natural preguntarse si son confiables los registros akáshicos, y la experiencia subjetiva de quienes acceden a ellos suele reforzar esa confianza en su sabiduría.
Tener una visión más amplia de todo el entorno que rodea no solo a la propia persona, sino a todo el universo, hace que cada uno pueda conocerse mejor y superar los diferentes obstáculos que la vida pone en el camino. Analizar los puntos débiles de cada persona e incidir en ellos para minimizarlos permite un cambio real. Una vez se tiene contacto con los registros akáshicos, suceden tres acontecimientos en este orden:
Dado que dentro de estos se encuentra la información concentrada de todo el universo, se puede deducir que no hay respuesta que no pueda encontrarse dentro del Akash. Pero hay una serie de temas específicos que solo pueden conocerse a través de este, como la lectura registros akáshicos de la misión de un individuo en la vida, y preguntas relacionadas con esta misión: por ejemplo, cuál es la propia misión o qué pasos hay que realizar, qué conocimientos adquirir para poder llevarla a cabo.
Eliminar diferentes bloqueos y aprender nuevas habilidades que siempre han estado dentro de la persona —pero que no se conocían— permite orientarse hacia la consecución de ese objetivo. Además de esto, por supuesto, se pueden consultar temas sobre el amor, el trabajo, el dinero, como es muy habitual. Pero también es posible adentrarse mucho más en la historia de uno mismo, conocer más sobre los antepasados, el porqué de la familia y rellenar espacios vacíos en el árbol genealógico. Todo esto puede experimentarse durante la apertura de registros akáshicos, que es el momento de conexión con esa fuente universal de sabiduría espiritual.
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