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Cuando hablamos de perros para terapia asistida, hemos de tener en cuenta que existen una serie de requisitos imprescindibles que deben cumplir para poder desarrollar su tarea correctamente, y esto está condicionado a aquellas características individuales del perro que lo posibilitan en mayor grado. Existen distintas razas de perros para terapia asistida. A continuación te mostraremos cuáles son, sus cualidades y más detalles sobre esta beneficiosa tendencia que ayuda a tantas personas.
Un perro de terapia es un animal que ha sido cuidadosamente seleccionado, evaluado y educado para acompañar al profesional de la salud durante las sesiones terapéuticas y ejercer una función de apoyo en las mismas. Este tipo de intervenciones están perfectamente estructuradas y adaptadas a las necesidades de cada usuario y, además, suelen ser duraderas, lo que permite que muchos pacientes lleguen a establecer un fuerte vínculo con el perro terapeuta que le acompaña durante las sesiones.
Los perros de terapia asistida son animales especialmente seleccionados y entrenados para brindar apoyo emocional, físico y psicológico a personas en entornos terapéuticos. Pero no siempre tiene por qué ser así; solo basta con que cumpla una serie de condiciones con tal de ser aptos para las terapias asistidas. Estos perros aúnan las siguientes características:
Es importante precisar un aspecto que puede determinar la elección de una raza u otra. Existe una diferencia entre lo que denominamos perros de terapia y perros de asistencia o servicio. Es cierto que ambos trabajan con el fin de ayudar, pero los primeros suelen actuar en programas y ámbitos de interacción humano animal (hospitales, centros escolares, penitenciarios, geriátricos…), de forma puntual o periódica, en pro de unos objetivos seleccionados previamente. Los perros de asistencia conviven con personas con ciertas discapacidades, ayudándoles a superar sus limitaciones diarias, y contribuyendo a que su vida sea lo más cómoda posible.
Son innumerables los beneficios que se derivan de la terapia con perros:
No existe una raza específica de perro de terapia. Cómo hemos mencionado anteriormente, cualquier can puede ser entrenado para este trabajo, puesto que lo que importa es su temperamento y la educación que reciba.
No obstante, sí que es cierto que algunas razas muestran una tendencia genética a presentar ciertos rasgos de carácter deseables que pueden facilitar su proceso de entrenamiento y su posterior adaptación a las sesiones terapéuticas. Así pues, las razas de perros de terapia más habituales son las siguientes:
Los golden retrievers son muy conocidos por su tranquilidad a pesar de su gran tamaño. Tienen una sensibilidad especial para detectar las emociones tanto en niños como en adultos. Por esta razón, son una de las razas más utilizadas en intervenciones en hospitales, colegios y residencias de la tercera edad. Su naturaleza amable y afectuosa los convierte en compañeros ideales para brindar consuelo y apoyo emocional a las personas en situaciones difíciles.
Los pastores alemanes son inteligentes y confiados. Su seguridad en sí mismos los hace excelentes para la terapia asistida. Son leales y dedicados, lo que los convierte en compañeros confiables para las personas que buscan apoyo emocional y conexión. Su capacidad de aprender rápidamente y su actitud atenta los hacen idóneos para una variedad de situaciones terapéuticas.
Los King Charles Spaniels son de tamaño pequeño, obedientes y extremadamente cariñosos y sociables. Son ideales para interactuar con personas que pueden sentir cierto temor ante perros de mayor tamaño. Su naturaleza afable y su disposición para brindar cariño hacen que sean una elección popular en terapias que involucran a niños y adultos que necesitan apoyo emocional y tranquilidad.
Los caniches son ampliamente reconocidos por su inteligencia y capacidad de aprendizaje. Su aspecto de peluche los acerca mucho a la interacción con niños en terapias escolares. Son juguetones y cariñosos, lo que los convierte en compañeros ideales para fomentar la interacción y la comunicación en entornos terapéuticos. Su adaptabilidad y disposición para aprender nuevos trucos los hacen perros muy versátiles en la terapia asistida.
Se les conoce por su naturaleza amigable y sociable. Son perros muy afectuosos y disfrutan de la compañía humana. Así pues, no es de extrañar que sean compañeros ideales para brindar apoyo emocional en entornos terapéuticos. Además, son inteligentes y receptivos a los comandos y técnicas de entrenamiento, por lo que aprenden rápidamente a desempeñar su papel terapéutico de manera efectiva y segura.
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