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La realidad de las aulas en la actualidad refleja una clara apuesta por parte de los sistemas educativos donde la inclusión y la diversidad son la nota predominante. Al contrario que en generaciones pasadas donde la educación especial se enfocaba de una forma paralela, en la actualidad, quienes desean trabajar la atención en educación especial se centran en buscar una convergencia entre la educación habitual y aquella que tiene en cuenta las necesidades de una parte del alumnado.
En este contexto, son muchas las personas que se interesan por conocer esta área de la educación y contribuir desde una perspectiva profesional a la integración de niños con dificultades, ayudándolos a superar cualquier obstáculo en su desarrollo educativo. Ahora bien, el desconocimiento de esta materia obliga a estas personas interesadas a cuestionarse algunos aspectos, para así profundizar en esta materia y tener una visión más fidedigna de lo que significa trabajar la atención en educación especial.
La atención de las necesidades educativas especiales es la piedra angular de quienes se dedican a trabajar la atención en educación especial. En otras palabras, aquellos alumnos que tienen sobredotación intelectual o discapacidades de tipo físico, psíquico o sensorial requieren de estos profesionales. Una actuación dirigida a atender estas necesidades dentro de centros específicos, o incluso también en los centros habituales.
Aquellos interesados en trabajar la atención en educación especial llevan a cabo un análisis y estudio del desarrollo del aprendizaje para así, realizar labores de apoyo adicional a estos alumnos cuando sea imprescindible. La finalidad de esta actuación será conseguir un desarrollo del alumno a nivel personal y social, poniendo el foco en la interacción de los factores educativos, al contrario que en épocas pasadas, que lo hacía en el trastorno que ocasionaba estas necesidades especiales.
Se conocen como necesidades educativas especiales o NEE aquellas dificultades de tipo físico, psíquico, sensorial o cognitivo que tienen algunos alumnos que dificulta su aprendizaje y requieren de profesionales que los atiendan durante toda o parte de su escolarización.
A pesar de que tradicionalmente, se ha ligado a alumnos que tienen dificultades de aprendizaje, también es extensible a aquellos que aprenden a un nivel más lento, o incluso, más rápido en el caso de sobredotación. En este sentido, estos alumnos precisan de una adaptación del currículo acorde a sus necesidades y además de adoptar una metodología adaptada a ellas. Actuaciones ambas, en las que la voluntad del alumno y de los padres serán oídas para llevarlas a cabo.
El apoyo que se brinda por parte de las personas que desean trabajar la atención en educación especial tiene un objetivo no solo meramente educativo, es decir, el desarrollo de los niños con estas necesidades debe ampliarse a otros aspectos. Los alumnos con trastornos como el TDAH, TEA, TOC, TCA, TEL u otros requieren de una intervención para mejorar su evolución también a nivel social e incluso emocional. Así, estos alumnos pueden sufrir situaciones de discriminación dentro de las aulas que requieren de intervención para contribuir con la inclusión educativa.
Además de su orientación hacia el alumno, trabajar la atención en educación especial no tiene como únicos destinatarios a aquellos que padecen algún tipo de trastorno que dificulta su aprendizaje. Junto con estos alumnos, se tiene en cuenta también el entorno en el que se desarrolla cada alumno. De esta forma, las familias forman parte de esta atención, ya que, se requiere de un asesoramiento y una participación activa por parte de las familias que impulsa el desarrollo de estos alumnos.
La educación especial abarca multitud de áreas de especialización. Esto se debe, a que las particularidades de cada trastorno, hace recomendable contar en los centros educativos especiales u ordinarios con profesionales especializados en cada uno de ellos. En este sentido, se podrá ofrecer un aprendizaje personalizado y adaptado a las características de cada alumnado, haciendo más efectivo su aprendizaje y, por lo tanto, su desarrollo personal.
Consecuentemente, son muchas las personas que cualifican su perfil profesional en esta área con formaciones especializadas como la que te recomendamos aquí que pueden constituir el primer paso a una carrera profesional dentro de esta área.
Destacar la importancia de la educación especial en las aulas supone dotar al sistema educativo de valores como el respeto, la justicia y inclusión.
Los alumnos con necesidades educativas especiales exigen de quienes desean trabajar la atención en educación especial un compromiso por crear sociedades con igualdad de oportunidades. Las actuaciones que estos profesionales desarrollan, tienen como objetivo común crear una esencia de igualdad en el aula, evitando la exclusión por padecer cualquier discapacidad o trastorno. Sólo de esta forma, estos alumnos podrán desarrollarse de forma similar al resto de compañeros y poder alcanzar en el futuro los mismos niveles de crecimiento y bienestar personal.
La exclusión en el aula, ligada a la justicia, son una dificultad a la que se enfrentan estos alumnos. Es por ello, que los profesionales de la educación especial, mostrará al resto de los alumnos un visión enriquecedora sobre la diversidad. Un enfoque que favorecerá a construir la autonomía de aquellos alumnos que padecen trastornos o discapacidades, y ayudará a eliminar situaciones de vulnerabilidad, marginalidad o exclusión social.
Además de la inclusión tenida en cuenta desde el punto de vista de las necesidades educativas requeridas por los alumnos que padecen algún tipo de discapacidad o trastorno. Este término abarca más áreas que tratan de garantizar la diversidad del alumnado en otras circunstancias como la raza, la fe, la condición social o incluso la cultura. Todos los alumnos con independencia de su contexto social o sus particularidades deben ser considerados de forma igualitaria y deben tener un acceso a la educación sin ningún tipo de exclusión. Un concepto que, sin lugar a dudas, fortalece al sistema educativo y lo conduce a una educación cada vez más tolerante e igualitaria, lo que, intrínsecamente supone un valor añadido a su calidad.
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