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Son numerosos los artículos y estudios que demuestran cómo el ejercicio y la actividad física tienen importantes beneficios cognitivos, incluso favoreciendo el aprendizaje de otras destrezas como las matemáticas o la lectura. En cuanto a las lenguas extranjeras, hasta se ha hablado de cómo realizar actividad física al mismo tiempo que se aprende el idioma promueve una mejor adquisición del léxico de la lengua meta, como se menciona en el estudio realizado por Schmidt-Kassow, Kulka, Gunter, Rothermich y Kotz (2010), en el que los sujetos que realizaban dicha actividad (en este caso, bicicleta estática), mostraron una mejor capacidad de memorización de vocabulario.
En los últimos años, el mundo de la educación ha vivido un importante incremento de puesta en práctica del enfoque Aprendizaje integrado de contenidos y lengua extranjera (AICLE) en los conocidos programas bilingües. No es de sorprender que la educación física haya sido considerada una de las materias más propicias para desarrollar este tipo de enfoque, en el que la lengua meta se utiliza como transmisora del mensaje, pero cuyo principal foco de atención es el aprendizaje de los contenidos propios de la asignatura en la que se desarrolla.
Sin embargo, menos frecuente es que se lleve a cabo la acción opuesta, y se utilice el ejercicio como un vehículo para propiciar el aprendizaje de lengua extranjera, así como utilizar el aula de LE para promover hábitos saludables, en este caso, un incremento de la actividad física. Si bien es cierto que están ya extendidos enfoques como la Respuesta física total o los juegos dinámicos para implementar el aprendizaje del idioma extranjero, no lo está tanto el hacer del aula de LE un espacio en el que desarrollar cambios ‘reales’ en la forma de vida de los estudiantes – ya sea respecto a la cantidad de actividad física que realizan, como en otras temáticas que afecten a su día a día fuera del aula.
Este artículo expondrá cómo el aula de español como lengua extranjera (ELE) puede incentivar este cambio conductual en los estudiantes, promoviendo un desarrollo de hábitos saludables al tiempo que adquieren la lengua meta por medio de un uso real y comunicativo de la misma. Para ello, se plantearán las ventajas e inconvenientes de introducir este tipo de práctica en la enseñanza en línea frente a la enseñanza presencial, para terminar con una breve presentación de actividades para llevar a cabo el objetivo propuesto, teniendo en cuenta las directrices del Plan curricular del Instituto Cervantes para justificar la presencia de la actividad física y el deporte en el la clase de ELE.
Enseñanza en línea vs presencial
La enseñanza de LE en línea es una realidad cada vez más poderosa hoy en día, siendo el método preferido por muchos docentes y estudiantes, y con cada vez más plataformas, recursos e ideas para llevarla acabo. Por este motivo, a la hora de introducir la actividad física como una parte integrada de la clase de ELE, no podemos ignorar la que se ha convertido en una forma de enseñanza casi tan extendida como la presencial.
Puede parecer clara la ventaja de la enseñanza presencial sobre la en línea a la hora de introducir actividades, tareas o proyectos que busquen introducir una mejora de las rutinas físicas de los estudiantes a la par que aprenden los contenidos lingüísticos objetivo. Sin embargo, la heterogeneidad del alumnado y profesorado de lenguas hará que ventajas e inconvenientes en ambos tipos de enseñanza sean fácilmente reversibles.
Entre los inconvenientes de la enseñanza en línea frente a la presencial para este objetivo, quizás sea el más evidente la falta de contacto social directo, que podría ser una fuente importante de motivación para los estudiantes a la hora de adquirir tanto los hábitos saludables como los contenidos lingüísticos, así como a la hora de participar activamente en las proyectos. Al mismo tiempo, el trabajar en línea limita la cantidad de escenarios en los que se puede llevar a cabo la actividad física, como podría ser el patio en un centro educativo o cualquier lugar donde pueda desarrollarse dicha acción – parques, playas… Lo que a su vez, lingüísticamente, limitaría la cantidad de input léxico al que los estudiantes podrían verse expuestos.
Sin embargo, ambos inconvenientes podrían adaptarse para convertirse, precisamente, en las ventajas de la enseñanza en línea sobre la presencial. Tomemos, por ejemplo, que usamos la plataforma Zoom para realizar nuestras clases en línea. Esta plataforma nos permite realizar video llamadas con un número alto de personas, pero no solo eso, también introduce la función de crear salas secundarias dentro de una misma llamada: es decir, el profesor puede agrupar a los estudiantes en estas salas para que realicen trabajo grupal sin escuchar a los otros grupos, pero siendo él capaz de ir de una sala a otra para observar el trabajo de los grupos. Al mismo tiempo, también permite silenciar los micrófonos y ocultar las pantallas de los demás participantes – por ejemplo para dejar solo conectado el del profesor.
¿Cómo es esto una ventaja? Como se ha mencionado anteriormente, los estudiantes no son un colectivo homogéneo, sino que cada uno tendrá sus propias experiencias, necesidades y características que transmitirá a su aprendizaje. Las mencionadas funcionalidades de Zoom, serían de increíble apoyo para aquellos estudiantes que no se sientan seguros realizando determinadas actividades físicas en público, ya que podrán crear un ambiente propicio en su hogar, centrarse en la pantalla del profesor y no sentirse, así, observados por sus compañeros hasta que se sientan cómodos integrándose de manera más activa.
Por otra parte, aunque el aprendizaje en línea tenga la mencionada limitación de espacios, normalmente tomando lugar en la vivienda de los participantes, esto no tiene por qué ser necesariamente un inconveniente. En primer lugar, la familiaridad del hogar será también una ventaja para los estudiantes más reservados de los que hemos hablado. Además, a pesar de no verse expuestos a determinado léxico al que podrían tener acceso en otros lugares, sí tendrán acceso directo a materiales de uso cotidiano, por lo que en el sentido lingüístico, seguirán viéndose expuestos a input de manera directa, sin olvidar que el profesor seguirá proporcionándoles todo el input que vea conveniente según los objetivos del curso y la actividad.
Propuestas de trabajo en línea
Atendiendo a los contenidos marcados por el Plan curricular del Instituto Cervantes, a continuación se desarrollan brevemente unas propuestas con las que trabajar en línea el objetivo de promover la actividad física en el aula de ELE. En la vertiente lingüística, se pondrán en practica los siguientes contenidos:
La actividad se desarrollará en tres modalidades: instrucción directa profesor-estudiante, proyecto colaborativo entre estudiantes y competición individualizada. Cada modalidad desarrollará una serie de ejercicios físicos a través de los cuales se pondrá en uso la lengua española y se propiciará un ambiente motivador para que los estudiantes adopten prácticas saludables. Será importante tener en cuenta la condición física de los alumnos a la hora de realizar dichos ejercicios, así como prestar atención a la forma en que estos se realizan para evitar posibles lesiones – quizás sea necesario explicar de antemano la propuesta y valorar la situación de cada grupo para ver si puede llevarse a cabo.
Referencias
Instituto Cervantes (1994). Plan curricular del Instituto Cervantes. Madrid, Instituto Cervantes.
Schmidt-Kassow, M., Kulka, A. Gunter, T., Rothermich, K. y Kotz, S. (2010). Exercising during learning improves vocabulary acquisition: Behavioral and ERP evidence. Neuroscience letters (482), 40-44. doi: 10.1016/j.neulet.2010.06.089.
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